Siempre he tenido claro que hasta un punto límite muy, muy alto, querer es poder.
Mi padre perdió la funcionalidad en una pierna con siete años debido a una poliomelitis. En la práctica se puede decir que la perdió (le quedó colgando).
Eso no le impidió cuando era un crío realizar actividades propias de su edad: subirse a los árboles, jugar al fútbol, montar en bici, jugar al frontón... ni cuando fue más grande realizar cosas como levantar pesas, ejercicios en aparatos de gimnasia (paralelas, anillas...), nadar más rápido que la mayoría de sus colegas, competir en tiro con arco y pistola... (y podría seguir hasta cansarme), y por supuesto jugar conmigo y mi hermano a cualquier cosa imaginable cuando éramos unos micos. Con sólo una pierna y un bastón (jamás quiso utilizar muletas).
Para mí ha sido un ejemplo de como afrontar la vida.
Pero lo de este tío del video es fortísimo.... nos deja a la mayoría a la altura de una hormiga.
P.D.: Menudo tocho me ha quedado