El Koenigsegg CCXR Flower Power está basado en el Koenigsegg CCX, con la única diferencia que el primero se alimenta de E85 (85% de etanol y 15% de gasolina). Con E85, su motor V8 4.7 sobrealimentado con dos compresores volumétricos entrega la escalofriante cifra de 1.018 CV a 7.200 rpm. Con esta potencia, se convierte en el coche de producción más potente del planeta.
Es más potente que un Bugatti Veyron, pero su tracción trasera le hace ser algo más lento acelerando de 0 a 100 km/h. 3,2 segundos frente a los 2,5 segundos del Veyron.
Y el cambio de carburante tambien tiene ciertas desventajas (si el consumo supusiese una desventaja en este tipo de coches). Ahora, con E85, el consumo mixto se planta en 22 L/100 km, 5 litros más que en el CCX. Por supuesto, esos 212 CV extras tiene que beber de algún sitio.