La última vez que estuve por vuestra tierra, se me dio muy bien, fui a cabo peñas y por el camino vimos una cala de piedra con un hostal restaurante que comimos como reyes, ya que habían cerrado la cocina y se puso la señora a preparar las cosas para nosotros y caían botellas de sidra para aburrir.
Lo mejor fue el precio, una ridiculez, pero no se pidió cachopo