Aparcar el coche donde no le puedan dar al dar marcha atrás, alante o al abrir las puertas, aunque eso me cueste bajar dos plantas más en el parking.
Lavarlo siempre a mano, y cuando lo dejo en el servicio de lavado, pues le pongo una fundita de plástico a los asientos, para que no se manchen cuando lo coja el operario (yo creo que piensan que soy un poco maniática)