¿Reclamar?, ¿ahora?, ¿después de pagar la factura?, ¿porque son caros?...
Cada uno, en su casa, puede cobrar lo que le venga en gana.
Si en la tienda de al lado, el mismo producto se vende más barato, no puedes ir “reclamando” la diferencia del importe.
Imagínate en mi negocio o en cualquier otro; después de vender tu producto o servicio, viene el cliente y te dice...
- Oiga, he visto este ladrillo que acabo de comprarle, un 30% más barato dos calles más abajo. Abóneme la diferencia.
Sales con la lección aprendida, por desgracia, para un futuro. Ya sabes donde NO VOLVER, ni para tomar un café.