Creo que al que no cumple con su trabajo hay que sancionarlo, pero hay que tener mucho cuidado, hasta hoy la función pública ha sido un privilegio, una seguridad laboral pero sobre todo una seguridad de imparcialidad, si facilitamos que se pueda despedir a un funcionario facilitamos las presiones sobre ellos y por lo tanto la corrupción. Por otro lado creo que es muy injusto que midamos a todos los funcionarios por el mismo rasero, habrá de todo y muy buenos en su trabajo.