Hoy domingo, 18 de Junio de 2006, a la 1:20 horas, ha fallecido mi padre de un maldito cancer. Han sido seis semanas horribles de dolor y sufrimiento, pero por fin puede descansar en paz.
Tenía 68 años, le han faltado años para disfrutar de sus cuatro nietos, en especial del último, mi hijo Daniel de tan solo 15 meses y como el decía heredero de su apellido.
Hace cinco años le diagnosticaron cancer de próstata, el cual se trató mediante braquiterapia. Parecía todo controlado, pero él ya dijo por aquel entonces que le quedaban cinco años de vida (que razón tenía). El año pasado, el 22 de junio le practicaron un raspado en la vejiga pensando que no era nada, y resultó que era un tumor, otro cancer que no tenía nada que ver con el de próstata, o eso decían los médicos. A partir de entonces empezó el calvario. Primero quimioterapia, cuatro días a la semana de cinco horas de duración, durante cuatro semanas. Acabado esto el oncólogo dijo que todo había ido bien pero que haríamos unas sesiones de radioterapia por si había quedado algo. Al llevar el informe al radiólogo, no lo vió nada claro. Mi hermana, hablando con una vecina que es radióloga del ICO de Belbiche, en Barcelona, tampoco lo veía claro, y nos comentó si queríamos que lo miraran en este hospital, dedicado exclusivamente al cancer. Le repitieron las pruebas en una semana y observaron que el cancer había afectado a los ganglios linfáticos de la zona de la pelvis, cosa que el anterior médico parece que no quería contar. Probaron con quimio: no funcionó. Probaron con radio: se disminuyeron el tamaño de los ganglios pero ya se habían afectado otros.
Aparece metástatis osea y empiezan los dolores fuertes.
Hace algo más de seis semanas se quedó sin poder orinar. Fué a Urgencias de Belbiche quejándose de dolores y solo le sondaron. Decían que para el dolor hablase con su oncólogo (esto era un jueves y hasta el martes no tenía visita). Al día siguiente se le taponó la sonda (claro, la vejiga estaba dañada y desprendía coágulos de sangre), y se la tubieron que cambiar. El sábado, como no podía soportar los dolores en la zona de la pelvis fué a Urgencias, pero esta vez a Vall d'Hebron, por proximidad, y le dijeron que esto tenían que llevarlo los oncólogos del ICO, que és donde se hacía el tratamiento (a todo esto ya tomaba calmantes e incluso llevaba parches de morfina de 135). El domingo pasó la vecina doctora viendo como estaba le dijo que fuera el lunes.
Cuando lo recogí el lunes para llevarlo al ICO rabiaba de dolor, imaginaos todo el viaje sin apoyar las nalgas en el asiento. Cuando vieron el estado en el que llegó lo ingresaron en la planta quinta (curas paliativas), donde solo se hace tratamiento para el dolor. Debo agradecer a todo el personal de la planta quinta su generosidad, se desviven por los pacientes.
Estuvo ingresado en esta planta tres semanas, hasta que encontraron la pauta correcta. Cambiaron la morfina por metadona, además de tomar un montón de medicamentos añadidos, para controlar el dolor e intentar evitar metástasis al cerebro mediante corticoides. Fueron tres semanas muy malas, con dos días que estubo totalmente sedado, bastante sueño en general, problemas con la sonda, que al cambiarla tubo un espasmo muscular en la vegiga (y eso duele horrores), pero al final salió con el dolor controlado.
Mi padre son once hermanos, y el mayor de ellos lleva catorce años enfermo, pero hace poco también le apareció cancer de vejiga y precisamente el día antes de darle el alta a mi padre se murió. Se lo comentamos al psicólogo y nos aconsejó que se lo dijéramos, pero que no fuera al funeral (era en Huesca el mismo día del alta). Al llegar a casa se lo dijimos. Imaginaos como reaccionó.
La semana en casa fué desastrosa excepto pocas horas: se notaba atontado, le costaba mucho concentrarse y por las noches se desorientaba y a veces entraba en delirium (otra fase del cancer). Nosotros, pensando que era exceso de calmantes, lo comentamos en la planta del ICO y nos dijeron que lo trajéramos (era domingo). La siguiente semana fue horrible. Empezó a perder el apetito, en dos días ya no comía. El delirium era cada vez más continuado, decía cosas sin sentido y había momentos en que se mostraba agresivo. El jueves le hicieron una resonacia en la cabeza para descartar problemas, y nos dijeron que estaba lleno de pequeños tumores.
Lo que en un principio era un diagnóstico de meses se convirtió en días. Cada vez estaba más sedado para evitar los delirium. El jueves de esta semana fué el último día que bebió agua. Esto es lo más cruel que he visto en mi vida. Perdía kilos por momentos y ahora sin agua, nos decían que no le diésemos porque se podía ahogar (cada vez era menos consciente de lo que hacía). A partir de este día quedó en coma inducida (sedación total), hasta hoy.
Todos estos días nos hemos ido turnando por las noches para estar con él. Hoy le tocaba a mi hermana. No sé porqué, pero mi inconsciente me deciá que debía quedarme también hoy, pero no lo hice. Estaba solo en casa, ya que mi mujer se ha llevado a los niños con su madre, para así poder movernos mejor, y esta noche se quedaba con ellos, cuando me ha llamado mi hermana para dar la noticia. He recogido a mi madre y hemos ido al hopital, donde nos hemos despedido de él. Dios mío, que delgado está. Nos han dicho que volvamos a las 8:00 horas al tanatorio de Belbiche que estará allí, por lo que hemos vuelo a nuestras casas.
Y aquí estoy, solo en casa, sin poder dormir, y escribiendo estas líneas entre lágrimas, porque quiero darle mi pequeño homenaje.
Papá, que sepas que tu nieto te recordará, yo me encargaré de ello. Toda tu familia te echará mucho en falta. Nos dejas un gran vacío en nuestros corazones que nunca podremos llenar.
TE QUIERO MUCHÍSIMO Y NUNCA TE OLVIDARÉ.
