si eres capaz de leerlo y entenderlo sin que tu neurona explote,te dare una peseta de las antiguas en sugus.
No recuerdo haber pedido que hagan de mi lo que hicieron, pero es tiempo lejano; o no lo es tanto después de todo. Es un poco increible lo que soy, es un sueño del cual no puedo despertar, ya que aun no dormí. Mi creador, o debiera decir el que me transformó en lo que soy, me ha entrenado en artes oscuras después del rito. No importa lo que yo deseé; ya no decido por mi propia persona. Él me declaro que una vez que somos nueva criatura, un ente se apodera de nuestra alma, que por obvio que sea no es divino, y nos va inculcando su manera de ser bajo un patrón; no son demonios ya que son demasiado fuertes como para que soportemos, en más, ellos no visitan todos los días al descansar. No me engaño, son los demonios que llevamos dentro, o asi lo llamamos, es la conciencia, esa humanidad de la cual me debo alejar un tanto más que los criminales, psicópatas, violadores, y esa gama de degradación. Después de todo, algunos de esos actos cometo, como asesinar o peor aun, destruir vidas y almas. Me dijo que son espíritus infernales, que piden sangre extraña en nuestros cuerpos, de una forma poco ortodoxa. Ellos nos manipulan, si bien hacemos el bien en raras ocaciones, son ideas de ellos para un plan fuera de nuestro comprendimiento. Si no cumplimos pagamos en cuerpo. No, en alma no, ese precio ya lo estamos viviendo mientras existamos de esta forma. Estos espíritus contaminan nuestra humanidad, la corrompen, la destruyen y solo nos dignamos a complacerlos, no hay otra opción. "El Diablo solo vino para hurtar, matar y destruir", palabras del Hijo del Hombre, ese ente divino al cuel se nos prohibe pronunciar, por ética y por sentido común; a nadie le gusta sufrir de más. Sea lo que sea, soy solo esto; un miembro activo del clan que estudia la muerte, y como llegar a la Golcanda, cosa lejana para mi. Tengo disciplinas que jamás creí que podría hacer, me resultan placenteras y familiares. Nos, los Capadocios somos extremadamente escasos, pero en ocaciones muy solicitados. Pero les digo, no nos llamen, no nos invoquen, el precio es bastante satisfactorio para nosotros, pero no para ustedes. No se asusten, aun tenemos rebaño para rato, pero quien sabe, siempre queremos nueva sangre, y seguir investigando de la anciana muerte y sus secretos. Nos vemos, ansiada cena de los no-vivos.