Mi primer recuerdo se remonta a 1988, cuando mi tío, y padrino, pidió un Audi Coupe 2.2 negro antes de que llegase a los concesionarios, lo vió en una revista, se enamoró y lo pidió. La espera fue eterna, tardó casi un año en tenerlo. Yo estaba ansioso por verlo, solo lo había visto en mi album de cromos de coches y parecía espectacular. Cada vez que nos veíamos le hacía mil preguntas sobre el coche, que cuando llegaba, que cuanto corría,...
El día que le llegó vino a recogerme por sorpresa al colegio, creo que al ver unos 20 niños manoseando el coche y toqueteando todos los botones se arrepintió Me llevó a dar una vuelta y yo estaba alucinado.
Años más tarde, cuando me saqué el carnet de coche, mi tío iba a cumplir su promesa, desde pequeño siempre me decía que el día que cumpliese 18 años y me sacase el carnet él me regalaría un coche. Habló con mis padres y les dijo que quería regalarme el Audi, pero a mis padres no les pareció buena idea, demasiado coche, demasiado consumo y demasiado rápido para su hijo novato, así que me regaló un Ford Escort 1.3 del 81 que también tenía como "coche de batalla". Yo se lo agradecí igualmente, también porque no supe que su intención era darme el Audi hasta tiempo después, cuando mi madre me confesó que mi tío quiso darme el Audi y que ellos se negaron.