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24/12/2018 El antigolf de Audi Este compacto de la casa de Ingoldstadt, el Audi A3 1.8T, fue la primera versión del A3 con el motor 1.8 Turbo (1.781 cm3), cuatro cilindros y cinco válvulas, y el segundo modelo de Audi en utilizar este tipo de motor después del A4. En un principio se vendió con la carrocería de tres puertas, para enfatizar el carácter deportivo del modelo, pero posteriormente se vendió también con cinco puertas, visto el éxito obtenido. Sobre su estética decir que al ser un aspecto subjetivo, tenía una línea equilibrada y conseguida, imponiendo en el segmento ese pequeño escaloncito en la trasera que le otorgaba una cierta personalidad. Los pasos de rueda quedaban suficientemente llenas con las bonitas llantas opcionales de 16 pulgadas. El puesto de conducción estaba bastante conseguido, con regulación del volante en altura y profundidad, al igual que el asiento del conductor, con lo que resultaba fácil ubicarse con comodidad. Unos pedales de tamaño generoso y unos mandos a mano, al igual que la palanca de cambios, completaban un panorama bastante ergonómico para facilitar la conducción, si acaso el climatizador quedaba situado un poco bajo. El instrumental del cuadro de mandos era correcto, sin llegar a sorprender: velocímetro, cuentavueltas, medidor de nivel de combustible y de temperatura del refrigerante presentados en formato reloj; el resto de información aparecía en forma de testigos. La iluminación de la instrumentación era la característica de Audi, en color rojo. Cuando se encendía la radio, en el display aparecía el mensaje “Audi A3 1.8 Turbo, 150 CV for your freedom”, una forma de transmitir el espíritu deportivo del coche Respecto al espacio interior, nada que objetar en las plazas delanteras, pero el acceso a las traseras era bastante complicado y con el espacio suficiente para dos personas, tres individuos irían muy apretados. Los respaldos de los asientos delanteros carecían de bolsas para que los pasajeros traseros guardasen cosas. Estos modelos alemanes no se caracterizaban por el buen aprovechamiento del espacio. La visibilidad delantera era buena, y la trasera un poco reducida, debido al pequeño tamaño de la luneta y al gran grosor de los pilares C. Para el precio del coche tenía algunas lagunas de equipamiento, pues carecía de faros antiniebla delanteros y de regulación interna de la altura de los faros; al menos sí llevaba antinieblas traseros. También carecía de regulación eléctrica de los asientos delanteros. Una curiosidad del coche era la extraña costumbre de VAG de incorporar un retrovisor exterior derecho más pequeño que el izquierdo; desconocemos la razón. Las calidades eran las propias de Audi: materiales de calidad, ajustes bien realizados y una buena insonorización. El maletero era de un tamaño aceptable, unos 350 litros, incluyendo rueda de repuesto de medidas normales, alojada debajo del maletero. Incluía de serie climatización automática bastante efectiva, aunque algo ruidosa cuando tenía que trabajar al máximo. También incorporaba techo solar eléctrico, regulación en altura y profundidad de la dirección, comentado anteriormente, y apoyacabezas en las plazas traseras. A nivel de seguridad contaba con doble airbag frontal, ABS y barras de protección lateral. Su propulsor era el ya utilizado por el A4, un cuatro cilindros turboalimentado en posición delantera transversal, bloque de hierro y culata de aluminio, con cinco válvulas por cilindro, tres de admisión y dos de escape. Entregaba 150 CV a 5.700 RPM, y un par máximo de 210 Nm a 1.750-4.600 RPM. La caja de cambios era manual, con cinco marchas, con unas relaciones un poco largas; en tercera alcanzaba los 160 km/h, y en quinta llegaba a la velocidad máxima, a un relajado régimen de 5.600 RPM. El embrague había que tratarlo con delicadeza para no escuchar sus protestas, pero traccionaba bien en pruebas de aceleración. El selector de las marchas era suave y preciso, si acaso algo impreciso en el paso de segunda a tercera marcha. La marcha atrás no daba ningún problema, no rascaba en ningún momento. Las prestaciones obtenidas sacando un promedio de varios valores eran una velocidad máxima de 212 km/h, ocho segundos para el 0 a 100 km/h, 29,5 segundos en los 1.000 metros desde salida parada, 8,4 segundos para el registro de 80-120 km/h en cuarta, y 11,1 segundos en quinta para el mismo registro. También hubo versiones de tracción total (quattro). Su potente equipo de frenos con cuatro discos, ventilados los delanteros, detenían en 39,8 metros al coche partiendo de 100 km/h. El primer tramo del recorrido era algo esponjoso, con mayor dureza en el tramo final. El ABS era poco intrusivo, había que presionar con contundencia el pedal del freno para que entrase en acción. La dirección ofrecía una precisa y rápida respuesta, con una buena asistencia y suficientemente comunicativa. El volante era grueso y con tacto agradable. Su suspensión era bastante equilibrada, se notaba la firmeza en línea recta y respondía bien ante los cambios bruscos en la dirección. Su comportamiento tendía a ser ligeramente subvirador en curvas, situación que se corregía levantando el pie del acelerador. En ciudad se sufría algo más al llevar unos neumáticos de perfil 55. En el eje delantero soportaba un esquema McPherson con triángulo inferior, muelles helicoidales, amortiguadores telescópicos y barra estabilizadora. Atrás llevaba un eje semirígido, brazos longitudinales y transversales dobles, muelles helicoidales, amortiguadores telescópicos y barra estabilizadora. Nos encontramos ante un compacto con una viva respuesta, buen comportamiento, buenas calidades y ajustes de los materiales, con el caché propio de Audi, y eso se reflejaba también en el precio. FUENTE: https://espirituracer.com/cochedeldia/coche-del-dia-audi-a3-1-8t-8l/