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Blanco glaciar metalizado Paquete Vision Llantas de 17" de 5 radios dobles Paquete portaobjetos Parking system trasero y delantero. Control de velocidad tempomat. Paquete de brillo Indicador de control de presion de los neumaticos Audi hold assist Tornillos antirobo Paquete de iluminacion interior Inserciones en Barlovento 3D. Espejos exteriores plegables electricamente, calefactables y con antideslumbramiento automatico. MMI Touch Sistema de audio Bang & Olufsen Garantia extendida de 2 años o 80000 km. Corría un día cualquiera del famoso año 2000, aquella frontera que daba tanto miedo a algunos y que a otros les hizo soñar con viajes interestelares décadas antes. Sin embargo, y ya alcanzada la fecha, muchos veíamos el mundo que nos rodeaba de manera poco futurista. Al menos así me lo hacía imaginar el coche que me regaló mi tía ese día, un Ibiza 1.6 Katalisator Glx de los años 90. Sin ser el coche de mis sueños no la pude decir que no; sería mi primer coche y con el que pasaría al campo de pruebas para estrenar mi reciente carnet de conducir. Con él conocí el placer de la dirección no asistida y la emoción en los adelantamientos ligada a su falta de potencia, aunque su motor era alegre en salidas cortas y había que tener cuidado con su brío Fue testigo entre otras cosas, desde lo más hondo de su ser, de mis primeras correrías y aventuras con la especie del s..o opuesto, cosa que recuerdo con cierta nostalgia y cierta risa, todo hay que decirlo. Pasaron los años, 13 en concreto, durante los cuales, mi balita, como yo la llamaba, se empeñó en que visitáramos al mecánico más veces de las que hubiera deseado; pero ahí estuvimos codo con palanca de marchas hasta el final. Viendo que sus últimos achaques cada vez eran más fuertes y se iba acercando el día en que tendríamos que separarnos, fui pensando en un digno sucesor. 5 meses antes y después de ver que el coche que siempre había querido como mío había estrenado nueva plataforma, un interior totalmente renovado que rozaba la calidad suprema y una línea que pese a las críticas para mí era la más bonita hasta la fecha en ese modelo; no pude resistirme a su mirada y quede prendado totalmente de él. Fue amor a primera vista y era cuestión de tiempo estar juntos. Los meses fueron pasando… cada día duraba más que el anterior. Incomprensiblemente, los plazos previstos para su nacimiento se duplicaron, hasta el punto de parecerme que los más de 4 meses de tensa espera, no acabarían nunca. Pero en esta vida todo llega, aunque algunos se empeñen en hacerlo casi ligado a mi vejez ; así que a finales del pasado mes de Junio, y ante la anunciada llegada inminente de la criatura, quise que mi balita gastase conmigo, a solas, el último cartucho de energía que le quedaba. Era suficiente para recorrer los últimos 100 km y alcanzar un punto desde el que ver con los últimos rayos de sol del dia, la tierra que nos acogió durante 13 años; y desde aquel punto exacto, el testigo que uno dejaba, lo tomaría su digno sucesor escasos días después. Quizás por ese sentimiento de ingratitud que había tenido siempre con ella, sentí mas pena de la que me habían advertido cuando pase los últimos momentos junto a mi balita. Esta fue la única vez que la dije: Gracias, gracias por todo. Y la única vez que ella me susurro: Adiós, adiós para siempre. Pasaron 4 días y el momento de ver a la criatura recién nacida llegó. Allí estaba entre esas 4 paredes, bajo esa mitica flecha plateada; algo tímida, escondida… con miedo a recibir los primeros rayos de sol, pero que tan bien la sentarían horas después. Y de allí nos fuimos juntos para casa. Previamente la di de comer y beber bien para que no pasara sed en unos días, y yo fui a hacer lo mismo, aunque sin mucho apetito. La ilusión no me dejaba pensar en comida, solo pensaba en ella… Nos esperaba una tarde emocionante! A las 16h salimos juntos de casa y nos dirigimos a un sitio especial para mí. Seria allí donde nos empezaríamos a conocer de cerca. Al principio seguía reacia a mostrar su lado más bello, estaba demasiado cohibida, buscaba la sombra, no quería darse a conocer, era como si la diera miedo el mundo exterior. Sin embargo, un suave acercamiento y un cruce de miradas cómplices, hizo que todo surgiera entre los dos de la manera más natural posible. Era como si ya nos conociéramos desde hace meses, como si nos hubieran presentado antes en otros sitios. Aquello era pasión… y todo lo demás ya no importa Sigue...