Buscar en la comunidad
Mostrando resultados para las etiquetas 'desaparecer muy pronto'.
Encontrado 1 resultado
-
21/11/2017 El futuro del automóvil provocará que elementos que usamos en nuestro día a día dentro de nuestro coche, o situaciones y oficios derivados de éstos, acaben desapareciendo. Los coches autónomos, la electricidad, los taxis… el futuro del automóvil puede acabar con muchas de las cosas que marcan nuestra manera de desplazarnos, pero también detalles pequeños que acabarán desapareciendo, como los botones, las llaves o… ¿el volante? Pequeños cambios a corto plazo La implantación del vehículo autónomo puede provocar grandes cambios en nuestra sociedad que iremos viendo más adelante, pero antes de llegar a este punto, vamos a estudiar qué elementos con los que interactuamos cada día tienen fecha de caducidad. Las llaves: Abrir y cerrar el coche con el móvil es una realidad. Y cada día son más los automóviles que arrancan pulsando un botón, en lugar del sistema tradicional con llave. Si cada vez hay más coches que incorporan estas funcionalidades, ¿qué sentido tiene portar un objeto más en nuestro bolsillo? El presente es el móvil y el futuro, también. Freno de mano: En claras vías de extinción. No dejamos de ver coches con freno de mano eléctrico en lugar de la clásica palanca. Menos engorroso y más sencillo. Ya no te dejarás el brazo cuando alguien haya cogido tu coche y no puedas desbloquear el freno de mano porque tu compañero ha querido emular a Hulk. Los botones: El tacto de los botones y sus calidades son un valor añadido en los acabados de mayor precio. Sin embargo, éstos están en vías de extinción con la incorporación de las pantallas táctiles. Si a ello le sumamos la posibilidad de comunicarnos con nuestro coche por vía oral, las posibilidades de distracción se reducen sensiblemente. Grandes cambios a largo plazo Será un proceso gradual y la sociedad sabrá adaptarse con el paso de los años y los cambios en las legislaciones, pero la incorporación del coche autónomo puede revolucionar el mercado del automóvil. Trabajos caducos: Si nosotros dejaremos de conducir con los coches autónomos, ¿por qué vamos a pagar para que otros lo hagan? Suena duro, pero la implantación de este tipo de vehículos puede acabar con las profesiones de taxistas o transportistas. Si no te lo crees, ya hay trenes que circulan sin conductor (como en la T4 del aeropuerto de Madrid) sin que nadie note la diferencia. Adiós a los volantes: Hola al espacio multifuncional. Si vamos a dejar de prestar atención a la carretera y no podemos intervenir en el funcionamiento del vehículo, ¿para qué queremos un volante? La conversión del coche en un espacio donde dormitar, trabajar o disfrutar de nuestro ocio leyendo o viendo la televisión durante nuestros trayectos no parece una afirmación muy descabellada. Cero accidentes: Si algo persigue el vehículo autónomo es la reducción de los accidentes a cero o a una tasa tan pequeña como para ser despreciable estadísticamente. La interconexión entre vehículos permitirá que éstos tomen la mejor decisión en función del contexto en el que se muevan. Además, la eliminación de las distracciones, del sueño al volante o la influencia del alcohol y de las drogas limitará en gran medida los accidentes. Y a medio camino… Repasado el futuro a corto y largo plazo, analizamos qué cambios se plantean entre los dos extremos. Adaptaciones provocadas por los cambios venideros y que tendrán su repercusión en el futuro más lejano. Vehículo compartido: Es casi una realidad, pero la suma del coche autónomo en este apartado será decisiva. Hace unos años nos parecía imposible la implantación de plataformas como BlaBlaCar, Uber y Cabify provocarán importantes cambios en el mundo del taxi tradicional y la gestión de flotas con vehículos autónomos permitirá que dos o más personas utilicen un mismo automóvil con un destino compartido. Reconversión de las gasolineras: Renovarse o morir. La generalización del vehículo eléctrico prevé una brusca caída de la demanda del petróleo en los próximos años, lo que provocará que las gasolineras traten de renovarse con la inclusión de instalaciones de recarga eléctrica. Si ya lo han hecho con la incorporación de combustibles como el hidrógeno el gas licuado de petróleo (GLP) o el gas natural (GNC), ¿por qué con la electricidad iba a ser distinto? … y de los talleres: Las gasolineras no será el único gremio que tenga que reconvertirse por una disminución de la demanda. No creemos en su desaparición, pero si la implantación del coche autónomo acaba siendo una realidad, cada vez menos coches sufrirán golpes y averías provocados por sus dueños, por lo que es posible que los mecánicos del futuro acaben por centrarse en el mantenimiento del vehículo en lugar de en las reparaciones. ¿Y el deporte del automóvil? Por último, queremos hacer una reflexión acerca del futuro del deporte de motor. La Roborace plantea carreras con coches plenamente autónomos y ya hemos visto las primeras imágenes de este tipo de vehículos circulando a 200 km/h. ¿Cambiará el gusto de los televidentes? ¿Preferirán los espectadores coches conducidos por personas o automóviles circulando a velocidades inhumanas? Aquí, hemos de admitir, que no vemos un futuro claro. FUENTE: http://www.autopista.es/tecnologia/articulo/10-cosas-desapareceran-automovil-coches-proximos-anos