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25/03/2019 Los filtros de partículas son ya “amigos” inseparables de los motores Diesel, y cada vez más de las mecánicas de gasolina. Te contamos todo lo que debes saber sobre este elemento indispensable en los coches modernos. Hablar de los coches hoy en día va asociado, queramos o no, con el tema medioambiental. Las ciudades ponen cada vez más trabas al acceso de estos a sus zonas céntricas, los protocolos anticontaminación limitan sus movimientos y los gobiernos crean normativas más restrictivas en materia de emisiones. ¿Cuál ha sido una de las soluciones más importantes de la última década y donde los fabricantes han puesto mucho empeño para lograr esto último? La respuesta es el filtro de partículas: un “cazador” de las partículas contaminantes generadas en el proceso de combustión del motor. Filtro de partículas Diesel: ¿qué es? Desde el pasado año 2011, todos los coches Diesel que se venden como nuevos incorporan el filtro de partículas para poder ajustarse a los límites de emisiones contaminantes. El filtro de partículas se encarga de retener las partículas sólidas generadas por el motor del coche en su proceso de combustión –y que son nocivas para la salud de quienes las respiran– para que no salgan a la atmósfera, quemándolas a altas temperaturas mediante la conocida como “fase de regeneración” A pesar de que para muchos sea como un elemento “invisible”, ya que aporta poco al coche (en el sentido del confort, prestaciones, etc.), este “colador” ayuda a que los Diesel actuales no sobrepasen los 0,005 g/km y casi no nos percatamos de su presencia hasta que falla. Es en ese momento, viendo los precios que acarrean su reparación o sustitución, cuando empezamos a preguntarnos para qué funciona el “dichoso” filtro de partículas de mi coche. Filtro de partículas Diesel: ¿cómo funciona? Un filtro de partículas está conformado por celdas de elementos porosos de carburo de silicio, impregnado de platino y paladio (similar a lo que sería un panal de abejas). Lo podrás encontrar, en su mayoría de veces, en una posición intermedia del sistema de escape, aunque cada vez se busca que esté lo más cerca del motor para aprovechar las altas temperaturas de este y pueda funcionar correctamente, y en algunos casos integrado en el propio colector de escape. Algunos fabricantes optan incluso por integrarlo en un mismo módulo que el catalizador SCR, pero cuidado con no confundirlos: el SCR utiliza un aditivo llamado AdBlue (solución de agua destilada y urea al 32,5 por ciento) para descomponer los óxidos nitrosos en gases no nocivos para la salud). En un filtro de partículas, sus celdas dejan pasar los gases de escape que han sido o pueden ser tratados también por otros elementos del escape del coche (el catalizador, la trampa de NOx o el comentado catalizador de reducción selectiva SCR), pero no a las partículas. Éstas van almacenándose en el filtro y dos sensores de presión, uno a la entrada y otro a la salida de éste, determinan en qué momento está cercano a llenarse de ellas. Cuando el calculador recibe esa información, incrementa la temperatura de los gases emitidos por el motor —incluso con una inyección extra de combustible, en algunos motores— y los quema, pudiéndose eliminar de esta forma parte de los residuos de esa oxidación. Es lo que se llama el proceso de regeneración o de oxidación, que se va realizando automática y progresivamente durante la vida útil del coche (actualmente podemos hablar de dicho proceso cada 200 kilómetros, dependiendo de las condiciones de uso del vehículo) o que se puede forzar en algunos coches. Filtro de partículas Diesel: ¿cómo puede averiarse? La temperatura necesaria para proceder a la quema óptima y eliminación de las partículas es de unos 600 grados centígrados, de ahí la importancia de situar el filtro de partículas cerca del motor para aprovechar las ya de por sí altas temperaturas que se generan en los gases de escape. Si no se alcanzan estas temperaturas, por diferentes motivos, el filtro puede obstruirse, con los consiguientes problemas que puede acarrear y posibles gastos extra nada baratos. Lo ideal para que funcione como ha sido concebido sería, por lo general, que el motor lleve encendido unos 20-30 minutos y que la velocidad esté por encima de las medias del tráfico urbano, que trabaje a unos regímenes altos en ese tramo. Si no cumplimos estos requisitos con frecuencia, el filtro nos puede traer dolores de cabeza. Un uso eminentemente urbano, con poca carga en el motor y regímenes bajos (menos de 2.000 rpm), sumado a arranques en frío y frecuentes paradas, no son buenos amigos de este elemento mecánico. Si el vehículo no puede realizar la fase de regeneración de forma correcta, entraría en modo de funcionamiento de emergencia y avisa al conductor. Este puede notar pérdida de prestaciones, pequeños tirones y un aumento del consumo de combustible. Filtro de partículas Diesel: ¿cuánto dura? El filtro de partículas no es un elemento eterno. Sí es cierto que, si cumples las condiciones que antes comentábamos, su vida útil se pueda alargar mucho tiempo. Lo normal es que, al menos, hasta que no llegues a los 120.000 km no tendrás que preocuparte por este, aunque hay modelos que pueden llegar hasta los 250.000 km sin necesidad de ningún tipo de mantenimiento. Existen ciertos motores que utilizan un aditivo especial (no confundir con el AdBlue), con su depósito pertinente, que ayudan a que la temperatura necesaria para el proceso de regeneración sea inferior, ayudando a que dicho proceso se realice de forma más habitual. Filtro de partículas Diesel: ¿cómo evito que se averíe? Ya conocemos el escenario ideal para que el filtro de partículas lleve a cabo el proceso de regeneración para la quema de las partículas contaminantes antes de que salgan por el tubo de escape. Si aun así utilizas tu coche en un entorno principalmente urbano, fuérzate a salir al menos una vez a la semana a la carretera, momento en el cual el filtro de partículas aprovechará para depurarse y eliminar el hollín de la combustión acumulado. Una solución sería utilizar el aditivo antes mencionado (con componentes orgánicos-metálicos) para facilitar el quemado de las partículas, de cara a facilitar el proceso de regeneración; muchos lo utilizan como fase de “pre ITV” y poder pasar así los controles de emisiones en la inspección. Lo puedes encontrar en las estaciones de servicio o en tiendas de repuesto, a unos 15-20 euros, y añadirlo al combustible. Y ojo con anular el filtro de partículas o "trampearlo", porque son prácticas ilegales y te pueden "cazar" en la ITV. Filtro de partículas Diesel: ¿cuánto cuesta la reparación? Existen diferentes formas de reparar una obstrucción del filtro de partículas por no llegar a las condiciones óptimas para la descarbonización de las partículas. En un taller, por ejemplo, se puede llevar a cabo una regeneración forzada, a unos 100-200 euros. La limpieza del filtro se puede realizar de diferentes formas: por ejemplo, disolviendo la suciedad con un detergente específico, lo que no requiere el desmontaje, o con un equipo de ultrasonidos, que trabaja con la inmersión de la pieza en agua y el uso de elementos químicos detergentes, de forma que la limpieza se produce al ponerse en marcha el transductor de ultrasonidos que genera vibraciones que limpian el interior. También se puede reparar el filtro, manteniendo la carcasa: la tarea consiste en sustituir las celdas internas, lo que garantiza tener el filtro como si estuviera nuevo… a un precio mayor, de unos 500 euros. Reparaciones más costosas ya conllevaría la sustitución entera del filtro de partículas, que podría disparar la factura hasta más de 3.000 euros. FUENTE: https://www.autopista.es/noticias-motor/articulo/filtro-de-particulas-diesel-cuanto-cuesta-cambiarlo-averias-consejos-mantenimiento