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14/08/2021 Hemos reunido a los tres compactos alemanes de lujo y los enfrentamos para ver si el A3 Sportback sigue siendo el rey de los hatchback o la distancia con Serie 1 y Clase A se ha reducido a tal punto que ha perdido su liderazgo… CHRISTIAN COLMENEROCar and Driver Real Madrid y Barcelona siempre serán adversarios; como Boeing y Airbus, Coca-Cola y Pepsi… Puede haber alguna alianza puntual entre unas y otras por motivos estratégicos, aunque sería más fácil ver un perro verde por la calle, pero cosas más raras se han visto en la vida. En el mundo del automóvil también hay ejemplos; que se lo digan a Mercedes, BMW o Audi, que siempre andan a la ‘gresca’. ¿Una lanza un supercar? Las otras contestan al poco. ¿Ahora un eléctrico? Ahí tienes el mío. ¿Consigues la vuelta rápida en Nürburgring? Pongo a trabajar a mis equipos para que consigan batirte, en esta categoría o en otra, para que no se note que has ganado la partida a nivel de marketing. ¿Creas un segmento? Te copio la idea y le doy una pequeña vuelta. ¿Renuevas tu modelo más vendido? Yo también lo hago. Esto es precisamente lo que acaba de pasar con los Audi A3 Sportback, BMW Serie 1 y Mercedes Clase A, puntales de cada compañía que aún resisten el envite de los todocaminos, aunque por poco. El Mercedes fue el primero de los tres que se renovó. Cuando la cuarta generación se puso a la venta hace dos años, descubrimos que la marca de la estrella se había tomado muy en serio todas las peticiones de mejora que habían hecho sus clientes –y nosotros–. ¿La principal? La calidad. Un Mercedes Clase A más distinto de lo que parece El anterior Clase A se quedaba bastante por detrás de sus dos compatriotas en cuanto a materiales, acabados y ajustes. Ya no. El Clase A tiene mucha más presencia y la construcción del vehículo es la que se espera de un Mercedes que tiene un precio alto, ya que el de tarifa es superior a los 33.000 euros, opcionales al margen. El siguiente de la lista en resurgir fue el BMW, hace poco más de un año. Bajo su puntiagudo diseño descubrimos que la tracción delantera en este compacto tampoco le sentaba mal. Sólo los puristas alzaron la voz pidiendo que el fabricante de Munich rectificara y volviera a los planteamientos originales del hatchback, pero no fue el caso porque estudios internos de BMW recogían un dato demoledor: más del 80% de los propietarios de un Serie 1 pensaban que este coche era un tracción delantera y no un propulsión. ¡80%! Ocho de cada 10, que se dice pronto. Además, dinámicamente no necesita volver al pasado. El Serie 1 es más rápido y eficaz en curva que nunca. El BMW ha dejado aparcado su lado más deportivo para acercarse a los planteamientos de Audi El último en llegar es el A3 de Audi. Por culpa de la pandemia del coronavirus, el lanzamiento del Sportback se ha visto retrasado unos meses. Decimos lo de actualizado porque, aunque parezca un modelo totalmente nuevo, con unas formas mucho más fluidas, deportivas y aerodinámicas, en verdad no lo es. Está basado en el anterior, con el que comparte la famosa plataforma MQB del Grupo Volkswagen y alguna que otra cosa más, aunque con importantes mejoras que afectan a multitud de campos, tal y como te iremos explicando a lo largo de esta prueba. Prestan atención al detalle, muy a tener en cuenta El Audi es precisamente el compacto más reput*do y con mejores ventas en España y en buena parte de los mercados europeos. ¿Seguirá manteniendo ese nivel? Todo apunta a que sí, pero ya no lo tiene tan fácil. Primero porque sus hermanos Seat Leon y Volkswagen Golf han subido sus pretensiones, volviéndose más elegantes y serviciales, equipando la misma tecnología y con precios ligeramente más bajos. Y, segundo, a pesar de que es el último en aparecer, tampoco se aprecia un salto clamoroso frente a Clase A y Serie 1 como ha sucedido en otras ocasiones, que decantaba la balanza de inmediato a su favor. De momento, empieza pisando fuerte porque, lógicamente, es el que más llama la atención. Aunque tiene un diseño bastante continuista, tal y como le sucede a los Mercedes y BMW, sus rasgos entran muy bien por los ojos. En general, cualquiera de los tres vehículos se deja ‘querer’ y es fácilmente identificable por el público. Además, coinciden en una cosa: en persona son todavía más bonitos y potencian su atractivo si rascas el bolsillo y montas extras como los paquetes deportivos exteriores AMG Line, M Sport y S line, y sumas las llantas de 18 pulgadas, tal y como les sucede a nuestros protagonistas, aunque eso significa ampliar la factura a pagar entre 2.500 y 3.000 euros de media. El frontal del A3 Sportback es la parte más arriesgada y la que más rompe con la línea del anterior. La parrilla es más grande y los faros, que pueden ser matriciales led con intermitencia dinámica por 1.980 euros, rematan el conjunto, con formas que recuerdan a los de los eléctricos e-tron (los led ‘sencillos’ cuestan 1.110 euros). De lado mantiene su clásica silueta, al igual que si se mira desde atrás. Pero puede que se te haya pasado por alto el hecho de que ha perdido una de sus señas de identidad: las barras en el techo. Sinceramente, no las echamos en falta y desde Audi tampoco, ya que tienen claro el enfoque que se le ha querido dar al A3: más deportivo, menos familiar. En el interior, sí que no hay dudas: el Sportback es el mejor con diferencia, dando una auténtica lección a sus adversarios de lo que se entiende por lujo, con plásticos mullidos y de aspecto exquisito. Y eso que, como decíamos antes, el Mercedes ha subido muchos enteros, al igual que el BMW, ya que en ambos vehículos se ha apostado por materiales de mejor terminación y más agradables al tacto, tanto en el salpicadero como en la consola central. En el Audi, los ojos van a parar directamente a las salidas de aireación, que están escoltando al cuadro de instrumentos y no van a media altura, debajo de la pantalla del sistema multimedia, como en sus contrincantes. Según los propios diseñadores de la casa de los cuatro aros, es un guiño a Lamborghini. Aunque son marcas independientes dentro del complejo organigrama del Grupo Volkswagen, la relación de Audi y Lamborghini es muy estrecha desde hace tiempo ya que, entre otras cosas, Audi Sport suministra motores V10 a la italiana y directivos de ambas compañías se han intercambiado los roles durante los últimos años. Al final, todo queda en casa. Al nivel de lo esperado, ¿o no? Chascarrillos aparte, el puesto de mandos del Audi está más pensado para disfrutar. El asiento del conductor va un par de centímetros más bajo y, en general, queda más ‘atrapado’, cosa que nos gusta, ya que todo queda muy a mano. A nivel tecnológico, cuenta con dos pantallas, por las cuatro que pueden tener un A6 o un Q7, o las seis de los e-tron si se incluyen las OLED de los espejos virtuales. En este caso son la del cuadro de mandos de 10,25 pulgadas –por 300 euros puede ser de 12,3 pulgadas, merece la pena el desembolso– y la del equipo multimedia, que se encuentra unos centímetros más baja que la de los Mercedes y BMW, lo que obliga a apartar la mirada algo más para manejarla. Aunque la presentación es muy buena, lo que más nos llama la atención es que Audi haya decidido mantener los botones físicos para manejar la radio y el climatizador, cosa que no sucede en el Leon y el Golf, que se rinden a la digitalización. BMW y Mercedes afortunadamente también mantienen los mandos para el aire y la radio, aunque éstos tienen los del equipo multimedia entre los asientos, un lugar que de primeras no es muy intuitivo y práctico, pero al que les coges el aire con el paso de los días. Hablando de los cuadros virtuales, los tres cumplen con nota. Tienen buen brillo, son rápidos en el tránsito entre menús y carecen de retardo a la hora de mover las agujas del velocímetro y del cuentarrevoluciones. FUENTE: https://www.caranddriver.com/es/pruebas-coches/a37228975/audi-a3-sportback-bmw-serie-1-mercedes-clase-a-prueba/