luisppp Publicado 17 de Noviembre del 2008 Denunciar Publicado 17 de Noviembre del 2008 Carta a un maltratador Fernando Orden Rueda 2º de Bachillerato, de Ciencias de la Salud. IES Bioclimático, de Badajoz. II Premio del II Concurso Nacional 'Carta a un maltratador', convocado por la Asociación 'Juntos contra la violencia doméstica' UN DIEZ PARA FERNANDO!! Para ti, cab***: Porque lo eres, porque la has humillado, porque la has menospreciado, porque la has golpeado, abofeteado, escupido, insultado… porque la has maltratado. ¿Por qué la maltratas? Dices que es su culpa, ¿verdad? Que es ella la que te saca de tus casillas, siempre contradiciendo y exigiendo dinero para cosas innecesarias o que detestas: detergente, bayetas, verduras… Es entonces, en medio de una discusión cuando tú, con tu 'método de disciplina' intentas educarla, para que aprenda. Encima lloriquea, si además vive de tu sueldo y tiene tanta suerte contigo, un hombre de ideas claras, respetable. ¿De qué se queja? Te lo diré: Se queja porque no vive, porque vive, pero muerta. Haces que se sienta fea, bruta, inferior, torpe… La acobardas, la empujas, le das patadas…, patadas que yo también sufría. Hasta aquel último día. Eran las once de la mañana y mamá estaba sentada en el sofá, la mirada dispersa, la cara pálida, con ojeras. No había dormido en toda la noche, como otras muchas, por miedo a que llegaras, por pánico a que aparecieses y te apeteciera follarla (hacer el amor dirías) o darle una paliza con la que solías esconder la impotencia de tu borrachera. Ella seguía guapa a pesar de todo y yo me había quedado tranquilo y confortable con mis piernecitas dobladas. Ya había hecho la casa, fregado el suelo y planchado tu ropa. De repente, suena la cerradura, su mirada se dirige hacia la puerta y apareces tú: la camisa por fuera, sin corbata y ebrio. Como tantas veces. Mamá temblaba. Yo también. Ocurría casi cada día, pero no nos acostumbrábamos. En ocasiones ella se había preguntado: ¿y si hoy se le va la mano y me mata? La pobre creía que tenía que aguantar, en el fondo pensaba en parte era culpa suya, que tú eras bueno, le dabas un hogar y una vida y en cambio ella no conseguía hacer siempre bien lo que tú querías. Yo intentaba que ella viera cómo eres en realidad. Se lo explicaba porque quería huir de allí, irnos los dos…Mas, desafortunadamente, no conseguí hacerme entender. Te acercaste y sudabas, todavía tenías ganas de fiesta. Mamá dijo que no era el momento ni la situación, suplicó que te acostases, estarías cansado. Pero tu realidad era otra. Crees que siempre puedes hacer lo que quieres. La forzaste, le agarraste las muñecas, la empujaste y la empotraste contra la pared. Como siempre, al final ella terminaba cediendo. Yo, a mi manera gritaba, decía: mamá no, no lo permitas. De repente me oyó. ¡Esta vez sí que no!–dijo para adentro-, sujetó tus manos, te propinó un buen codazo y logró escapar. Recuerdo cómo cambió tu cara en ese momento. Sorprendido, confuso, claro, porque ella jamás se había negado a nada. Me puse contento antes de tiempo. Porque tú no lo ibas a consentir. Era necesario el castigo para educarla. Cuando una mujer hace algo mal hay que enseñarla. Y lo que funciona mejor es la fuerza: puñetazo por la boca y patada por la barriga una y otra vez… Y sucedió. Mamá empezó a sangrar. Con cada golpe, yo tropezaba contra sus paredes. Agarraba su útero con mis manitas tan pequeñas todavía porque quería vivir. Salía la sangre y yo me debilitaba. Me dolía todo y me dolía también el cuerpo de mamá. Creo que sufrí alguna rotura mientras ella caía desmayada en un charco de sangre. Por ti nunca llegué a nacer. Nunca pude pronunciar la palabra mamá. Maltrataste a mi madre y me asesinaste a mí. Y ahora me dirijo a tí. Esta carta es para tí, cab***: por ella, por la que debió ser mi madre y nunca tuvo un hijo. También por mí que sólo fui un feto a quien negaste el derecho a la vida. Pero en el fondo, ¿sabes?, algo me alegra. Mamá se fue. Muy triste, pero serenamente, sin violencia, te denunció y dejó que la justicia decidiera tu destino. Y otra cosa: nunca tuve que llevar tu nombre ni llamarte papá. Ni saber que otros hijos felices de padres humanos señalaban al mío porque en el barrio todos sabían que tú eres un maltratador. Y como todos ellos, un hombre débil. Una alimaña. Un cab***. Responder
M_GORDON Publicado 17 de Noviembre del 2008 Denunciar Publicado 17 de Noviembre del 2008 Creo que cosas como etas no habría que publicarlas No llegan a nada. Lo que hay que hacer es meter a ESOS HIJOS DE put* en la carcel y listo Responder
whitesnake Publicado 17 de Noviembre del 2008 Denunciar Publicado 17 de Noviembre del 2008 Ufff... duro texto... Responder
sportcarlos Publicado 17 de Noviembre del 2008 Denunciar Publicado 17 de Noviembre del 2008 Carta a un maltratador Fernando Orden Rueda 2º de Bachillerato, de Ciencias de la Salud. IES Bioclimático, de Badajoz. II Premio del II Concurso Nacional 'Carta a un maltratador', convocado por la Asociación 'Juntos contra la violencia doméstica' UN DIEZ PARA FERNANDO!! Para ti, cab***: Porque lo eres, porque la has humillado, porque la has menospreciado, porque la has golpeado, abofeteado, escupido, insultado… porque la has maltratado. ¿Por qué la maltratas? Dices que es su culpa, ¿verdad? Que es ella la que te saca de tus casillas, siempre contradiciendo y exigiendo dinero para cosas innecesarias o que detestas: detergente, bayetas, verduras… Es entonces, en medio de una discusión cuando tú, con tu 'método de disciplina' intentas educarla, para que aprenda. Encima lloriquea, si además vive de tu sueldo y tiene tanta suerte contigo, un hombre de ideas claras, respetable. ¿De qué se queja? Te lo diré: Se queja porque no vive, porque vive, pero muerta. Haces que se sienta fea, bruta, inferior, torpe… La acobardas, la empujas, le das patadas…, patadas que yo también sufría. Hasta aquel último día. Eran las once de la mañana y mamá estaba sentada en el sofá, la mirada dispersa, la cara pálida, con ojeras. No había dormido en toda la noche, como otras muchas, por miedo a que llegaras, por pánico a que aparecieses y te apeteciera follarla (hacer el amor dirías) o darle una paliza con la que solías esconder la impotencia de tu borrachera. Ella seguía guapa a pesar de todo y yo me había quedado tranquilo y confortable con mis piernecitas dobladas. Ya había hecho la casa, fregado el suelo y planchado tu ropa. De repente, suena la cerradura, su mirada se dirige hacia la puerta y apareces tú: la camisa por fuera, sin corbata y ebrio. Como tantas veces. Mamá temblaba. Yo también. Ocurría casi cada día, pero no nos acostumbrábamos. En ocasiones ella se había preguntado: ¿y si hoy se le va la mano y me mata? La pobre creía que tenía que aguantar, en el fondo pensaba en parte era culpa suya, que tú eras bueno, le dabas un hogar y una vida y en cambio ella no conseguía hacer siempre bien lo que tú querías. Yo intentaba que ella viera cómo eres en realidad. Se lo explicaba porque quería huir de allí, irnos los dos…Mas, desafortunadamente, no conseguí hacerme entender. Te acercaste y sudabas, todavía tenías ganas de fiesta. Mamá dijo que no era el momento ni la situación, suplicó que te acostases, estarías cansado. Pero tu realidad era otra. Crees que siempre puedes hacer lo que quieres. La forzaste, le agarraste las muñecas, la empujaste y la empotraste contra la pared. Como siempre, al final ella terminaba cediendo. Yo, a mi manera gritaba, decía: mamá no, no lo permitas. De repente me oyó. ¡Esta vez sí que no!–dijo para adentro-, sujetó tus manos, te propinó un buen codazo y logró escapar. Recuerdo cómo cambió tu cara en ese momento. Sorprendido, confuso, claro, porque ella jamás se había negado a nada. Me puse contento antes de tiempo. Porque tú no lo ibas a consentir. Era necesario el castigo para educarla. Cuando una mujer hace algo mal hay que enseñarla. Y lo que funciona mejor es la fuerza: puñetazo por la boca y patada por la barriga una y otra vez… Y sucedió. Mamá empezó a sangrar. Con cada golpe, yo tropezaba contra sus paredes. Agarraba su útero con mis manitas tan pequeñas todavía porque quería vivir. Salía la sangre y yo me debilitaba. Me dolía todo y me dolía también el cuerpo de mamá. Creo que sufrí alguna rotura mientras ella caía desmayada en un charco de sangre. Por ti nunca llegué a nacer. Nunca pude pronunciar la palabra mamá. Maltrataste a mi madre y me asesinaste a mí. Y ahora me dirijo a tí. Esta carta es para tí, cab***: por ella, por la que debió ser mi madre y nunca tuvo un hijo. También por mí que sólo fui un feto a quien negaste el derecho a la vida. Pero en el fondo, ¿sabes?, algo me alegra. Mamá se fue. Muy triste, pero serenamente, sin violencia, te denunció y dejó que la justicia decidiera tu destino. Y otra cosa: nunca tuve que llevar tu nombre ni llamarte papá. Ni saber que otros hijos felices de padres humanos señalaban al mío porque en el barrio todos sabían que tú eres un maltratador. Y como todos ellos, un hombre débil. Una alimaña. Un cab***. Perdonarme pero hay cosas con las que no puedo a esos enfermermos mentales no hay que meterlos en la carcel y perdonarme HAY QUE SENTARLOS EN UNA SILLA ELECTRICA Y FREIRLOS COMO LAS PATATAS FRITAS, ni reinserción ni nada, solo cambiandonles el cerebro pudiera ser posible un cambio y eso es muy raro. Responder
abuelo Publicado 17 de Noviembre del 2008 Denunciar Publicado 17 de Noviembre del 2008 MUY MUY buena, LUIS, excelentemente DURA, como lo es para muchos esta puñetera vida. Callerse? eso jamas!!! Desde luego si veo un vecino hacer algo previo a eso, yo NO ME CALLO :thumbsup: Responder
Juaner Publicado 17 de Noviembre del 2008 Denunciar Publicado 17 de Noviembre del 2008 Muy bueno. Espero que este tipo de cosas le habrán los ojos a más de uno. TOLERANCIA CERO, pero no solo contra los maltratadores, sino también contra los Julián Muñoz, los Gil de turno, los porteros de discoteca y los concejales que se ponen televisiones en el coche oficial. Todo ese tipo de gente debería tener miedo de salir a la calle a sentir las miradas de desprecio de los demás. Responder
lagarto Publicado 17 de Noviembre del 2008 Denunciar Publicado 17 de Noviembre del 2008 Cuantos dramas esconde la vida. Vivimos en un mundo ajeno a todo esto. Y lo tenemos tan cerca. Responder
Jorge76 Publicado 18 de Noviembre del 2008 Denunciar Publicado 18 de Noviembre del 2008 Jode, que piel de gallina se me ha puesto... Despreciable, cobarde,... entre otras muchas es la definición de lo que son Responder
tuporaky Publicado 18 de Noviembre del 2008 Denunciar Publicado 18 de Noviembre del 2008 Impresionante documento!!!! Responder
nereaa Publicado 18 de Noviembre del 2008 Denunciar Publicado 18 de Noviembre del 2008 Se me han puesto lo pelos de punta... Es una realidad. Responder
Hamster Publicado 18 de Noviembre del 2008 Denunciar Publicado 18 de Noviembre del 2008 Creo que cosas como etas no habría que publicarlas No llegan a nada. Lo que hay que hacer es meter a ESOS HIJOS DE put* en la carcel y listo Pues yo opino todo lo contrario, cuanto más público se haga, cuanto más gente sea consciente del problema, cuantas más personas tengan conocimiento de que esto pasa, más difícil se les pondrá a los maltratadores. A casi nadie le gusta ser el único en hacer algo, me explico, si ves a tu vecina con el ojo morado, no vas a ser tú el único en decir algo, pero si todo el bloque se pone en contra del maltratador de tu vecino, tú también lo haces.... por eso es IMPORTANTÍSIMO darlo a conocer a todo el mundo, que nadie tenga miedo de denunciar y sobre todo, que los maltratados (ellas y ellos) sepan que no están solos, que no se tienen que esconcer, que no es una vergüenza, que ellos no son los malos o los culpables, que hay gente consciente de lo que pasa y que está dispuesta a ayudar. Cuanto más se publique y más eco tenga en la sociedad, mejor...... a que si digo Julian Muñoz todos sabeis ponerle cara?, porque no hacen más que repetirlo en la tele una y otra vez.... pues si hicieran lo mismo con los maltratadores, los etarras en busca y captura, etc....... no podrían ni salir a la calle, sería la mejor condena, condenados al ostracismo en su propia tierra. Responder
Robert_A6 Publicado 18 de Noviembre del 2008 Denunciar Publicado 18 de Noviembre del 2008 Estas cartas son las que te hacen pensar. Una vez fui un cobarde porque vi como un cab*** abofeteaba a su pobre mujer con deficiendia visual y oí el grito seco y fuerte que dio ella. Yo gire la cara hacia el otro lado y segui caminando sabiendo que estaba haciendo algo mal, pero no me atreví a ir y decirle: "A ver si eres tan valiente y me pegas a mi, que yo si que las veo venir".........De esto hará unos 10 años, por suerte ese cab*** ya no esta y la mujer sigue viviendo en mi pueblo y vendiendo cupones. Hoy tengo muy claro que SI que actuaria y que alguien me pare porque no se hasta donde llegaria...............lo siento Concha. Gracias Luis por compartir este documento Responder
Jade Publicado 18 de Noviembre del 2008 Denunciar Publicado 18 de Noviembre del 2008 jod**, tengo los pelos como escarpias!!!! Una carta muy dura, pero muy buena Responder
M_GORDON Publicado 18 de Noviembre del 2008 Denunciar Publicado 18 de Noviembre del 2008 Estas cartas son las que te hacen pensar. Una vez fui un cobarde porque vi como un cab*** abofeteaba a su pobre mujer con deficiendia visual y oí el grito seco y fuerte que dio ella. Yo gire la cara hacia el otro lado y segui caminando sabiendo que estaba haciendo algo mal, pero no me atreví a ir y decirle: "A ver si eres tan valiente y me pegas a mi, que yo si que las veo venir".........De esto hará unos 10 años, por suerte ese cab*** ya no esta y la mujer sigue viviendo en mi pueblo y vendiendo cupones. Hoy tengo muy claro que SI que actuaria y que alguien me pare porque no se hasta donde llegaria...............lo siento Concha. Gracias Luis por compartir este documento Te faltó la Vena Juez Dredd, es comprensible. Por desgracia a otros nos sobra... Responder
M_GORDON Publicado 18 de Noviembre del 2008 Denunciar Publicado 18 de Noviembre del 2008 Creo que cosas como etas no habría que publicarlas No llegan a nada. Lo que hay que hacer es meter a ESOS HIJOS DE put* en la carcel y listo Pues yo opino todo lo contrario, cuanto más público se haga, cuanto más gente sea consciente del problema, cuantas más personas tengan conocimiento de que esto pasa, más difícil se les pondrá a los maltratadores. A casi nadie le gusta ser el único en hacer algo, me explico, si ves a tu vecina con el ojo morado, no vas a ser tú el único en decir algo, pero si todo el bloque se pone en contra del maltratador de tu vecino, tú también lo haces.... por eso es IMPORTANTÍSIMO darlo a conocer a todo el mundo, que nadie tenga miedo de denunciar y sobre todo, que los maltratados (ellas y ellos) sepan que no están solos, que no se tienen que esconcer, que no es una vergüenza, que ellos no son los malos o los culpables, que hay gente consciente de lo que pasa y que está dispuesta a ayudar. Cuanto más se publique y más eco tenga en la sociedad, mejor...... a que si digo Julian Muñoz todos sabeis ponerle cara?, porque no hacen más que repetirlo en la tele una y otra vez.... pues si hicieran lo mismo con los maltratadores, los etarras en busca y captura, etc....... no podrían ni salir a la calle, sería la mejor condena, condenados al ostracismo en su propia tierra. COMO SIEMPRE O NO ME ENTIENDES O ME MALINTERPRETAS Me refiero que para mí no serve de nada escribir cosas como esa. Es mejor cojer al tio o tia por la pechera y enchironarlo. Menos quejas, y más acción. Responder
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