Talios Publicado 2 de Noviembre del 2004 Denunciar Publicado 2 de Noviembre del 2004 Hale, sonreíd un poco. Monjas: Una fila de monjas está esperando entrar al cielo y va pasando ante San Pedro: - Hermana Ines, ha tocado usted algún miembro masculino alguna vez? Pregunta San Pedro a la primera. - Si, pero solo con un dedito. - Responde la hermana Ines. - Pues Hermana, lava ese dedo en el agua bendita y entra... Llega la segunda monja y San Pedro le hace la misma pregunta: - Pues si, - responde la Hermana Dolores - lo froté con la mano. - Pues Hermana, lava la mano en el agua bendita y entra... De pronto llega corriendo y empujando la Hermana Cantalicia y se mete al frente en la fila. ¿Por que tanto apuro hija mia? - Pregunta San Pedro. - Si tengo que hacer gárgaras prefiero hacerlas antes de que la hermana Pilar se lave el culo. Vasco: Un zoológico español había comprado una gorila hembra de una especie rara. Tras unas semanas, la gorila se volvió irritable y difícil de manejar. Después de examinarla, el veterinario determinó que estaba en celo, lo cual era un gran problema ya que no había ningún macho de esa especie disponible. Tras pensarlo detenidamente, el administrador del zoológico reparó en Manolo, un empleado vasco encargado de limpiar las jaulas. Manolo tenía reput*ción de que, por lo bien dotado, podía satisfacer bien a cualquier mujer, y, como no parecía muy listo, tal vez podrían convencerlo de que le hiciera el favor a la gorila. Así que le propusieron: -"¿Aceptarías hacerlo con la gorila por 500 euros?" Manolo dijo que podría interesarle, pero que necesitaba pensarlo un poco. Al día siguiente, Manolo dijo que aceptaba, con tres condiciones: Primero, Nada de besos. Segundo, no quiero saber nada de hijos -¡De acuerdo!, dijo de inmediato el administrador, "Pero, ¿cuál es la tercera?" "Bueno, ¡Necesito por lo menos otra semana para juntar los 500 euros!" Gato: Un señor de Lepe odia al gato de su mujer y decide hacerlo desaparecer. Lo mete en una bolsa y lo lleva en el coche a 20 kilómetros de su casa. Cuando vuelve, el gato estaba sentado en el portón de la casa. Nervioso, el de Lepe repite la operación, pero ahora lo abandona a 40 kilómetros de su casa. Cuando vuelve, el gato otra vez estaba esperándolo en el portón.. Ahora el de Lepe estaba furioso; agarra el gato, lo pone en el coche y anda 10 kilómetros a la derecha, 20 a la izquierda, 30 hacia el norte, y 25 hacia el sur. Suelta el gato y emprende el regreso a casa. Al cabo de un rato, llama a su mujer por el móvil y le dice: Querida, ¿el gato está por ahí? - Acaba de llegar, ¿por qué querido? - Pon a ese hijo de put* al teléfono, que me he perdido Responder
Publicaciones recomendadas
Unirse a la conversación
Puedes publicar ahora y registrarte más tarde. Si tienes una cuenta, conecta ahora para publicar con tu cuenta.