zpequeno Publicado 3 de Octubre del 2011 Denunciar Publicado 3 de Octubre del 2011 Hola,soy celíaca, Encantado,yo soy Antoniaco. Paxi,mi hijo esta con gonorrea, No pasa nada,mientras sea vasca.. Responder
sportcarlos Publicado 3 de Octubre del 2011 Autor Denunciar Publicado 3 de Octubre del 2011 Dos leones huyeron de un zoológico. En la huída cada uno partió con rumbo diferente. Uno fue para el monte y el otro para el centro de la ciudad. Los buscaron por todos lados y nadie los encontró. Después de una semana y para sorpresa de todos, volvió el león que había huido al monte. Regresó flaco, famélico y con fiebre. Fue reconducido a la jaula. Pasaron tres meses y nadie se acordó del león que se había ido para el centro de la ciudad hasta que un día el león fue recapturado y llevado al zoo. Estaba gooooordo, sano, desbordante de salud. Al ponerlos juntos, el león que huyó para al monte le pregunta a su colega: –¿Cómo estuviste en la ciudad tanto tiempo y regresás tan bien de salud?. Yo que fui al monte y pese a la época de veda, no hay un solo bicho para comer. Muerto de hambre, decidí entregarme. El otro león le explicó: –A mí me pasó todo lo contrario. Estoy en España, me dije, voy a un lugar donde difícilmente me busquen y me escondí en los Ministerios. Cada día me manducaba a un funcionario y nadie advertía su ausencia. –¿Y por qué te pescaron?… ¿Se acabaron los funcionarios? – Nada de eso… Los funcionarios públicos nunca se acaban. Sucede que cometí un error gravísimo. Ya había comido a 20 Asesores, 8 Directores, 5 Coordinadores, 22 Secretarias Privadas, 20 Sindicalistas, 15 Jefes de Zona, y nadie notó que habían desaparecido. Pero el día que me comí al Ordenanza que se encarga de servir los churros y el café… se jodió todo!!! Responder
JaumeA4 Publicado 4 de Octubre del 2011 Denunciar Publicado 4 de Octubre del 2011 Un poco largo, pero bastante bueno : Una viejecita fue un día al Banco del Comercio llevando un bolso lleno hasta el tope de dinero... Insistía ante la ventanilla, solicitando que quería hablar única y exclusivamente con el Presidente del Banco para abrir una cuenta de ahorros, para lo cual decía: "Comprenda Ud., es mucho dinero". Después de mucho discutir, la llevaron ante el Presidente del Banco, respetando el concepto de que el cliente siempre tiene razón. El Presidente del Banco inquirió: -¿Cuál es la cantidad que Ud. desea ingresar? Ella dijo: 1.750.000 €,y automáticamente vació su bolso encima de la mesa. El Presidente, naturalmente, sintió una gran curiosidad por saber de dónde habría sacado la viejita tanto dinero y le preguntó: -Señora, me sorprende que lleve tanto dinero encima, realmente es mucha cantidad... -y acto seguido le preguntó: -¿Cómo lo ha conseguido? La viejecita contestó: -"Es simple, hago apuestas". -Apuestas? -preguntó el Presidente- ¿qué tipo de apuestas? La viejecita contestó: -"Bueno, todo tipo de apuestas; por ejemplo le apuesto a Ud., 25.000 € a que sus pelotas son cuadradas!" El Presidente soltó una carcajada y dijo: -"Esa es una apuesta estúpida... Ud., nunca podrá ganar una apuesta de ese tipo". La viejecita lo desafió. -Bueno ya le dije que hago apuestas; está Ud., dispuesto a aceptar mi apuesta...? -Por supuesto -respondió el Presidente: -Apuesto 25.000 € a que mis pelotas no son cuadradas... La viejecita dijo: -"De acuerdo, pero como hay mucho dinero en juego..., ¿puedo venir mañana a las 10:00 AM con mi abogado para que nos sirva de testigo? -Por supuesto -respondió el Presidente, teniendo en cuenta que se apostaba dinero. Aquella noche, el Presidente estaba muy nervioso por la apuesta. Pasó largo tiempo mirándose sus pelotas en el espejo; volviéndose de un lado para otro, una y otra vez. Se hizo un riguroso examen y quedó absolutamente convencido de que sus pelotas no eran cuadradas y que ganaría la apuesta. A la mañana siguiente a las 10:00 en punto, la viejecita apareció con su Abogado en la Oficina del Presidente. Hizo las pertinentes presentaciones y repitió la apuesta de 25.000 €, a que las pelotas del Presidente son cuadradas. El Presidente aceptó nuevamente la apuesta y la viejecita le pidió que se bajara los pantalones para mostrar sus pelotas. El Presidente se bajó sus pantalones y la viejita se acercó y miró sus pelotas detenidamente y le preguntó tímidamente si las podía tocar; expresando: -Tenga Ud., en cuenta que es mucho dinero y debo cerciorarme. -Bien, de acuerdo -dijo el Presidente convencido que 25.000 €, es mucho dinero: -y comprendo que quiera estar absolutamente segura. La viejita se acercó al Presidente y agarrándole empezó a palpar sus bolas; en ese instante el Presidente se dio cuenta de que el Abogado estaba golpeándose la cabeza contra la pared. El Presidente preguntó a la viejita: -Y ahora que le pasa a su Abogado? Ella contestó: -"Nada, sólo que he apostado con él 100.000 € a que hoy a las 10:00 de la mañana tendría las pelotas del Presidente de Bancomer en mis manos". Responder
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