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Porsche 911 Turbo y 911 Turbo S 2016.


Ocio

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20-09-2016

 

 

 

 

Los Porsche 911 Turbo y 911 Turbo S son las versiones más potentes de la actual gama Porsche 911 2016. Tienen 540 y 580 CV respectivamente. En ambos casos el motor es de seis cilindros, tiene 3,8 litros de cilindrada y está sobrealimentado por dos turbocompresores (información técnica). La tracción es siempre en las cuatro ruedas y el cambio es automático de doble embrague y siete relaciones. Están a la venta con carrocería cupé y descapotable, por un precio de partida de 200 822 euros (precios de todas las versiones).

 

 

 

 

El Porsche 911 Turbo S Coupé, que es el modelo que hemos probado, se parece más a un 911 Carrera 4S súper potenciado que a un 911 GT3. Tiene todas las cualidades que hacen del 911 Carrera un deportivo razonablemente confortable en un uso cotidiano y a la vez muy rápido y eficaz en curva. La diferencia del 911 Turbo S con cualquier otra versión está en su capacidad de aceleración, que es, simplemente, descomunal. Es el coche más rápido que hemos medido en km77.com. Por un margen amplio. Más información en las impresiones de conducción.

 

 

 

Estos 911 Turbo y 911 Turbo S son una actualización de los 911 Turbo y 911 Turbo S de 2013. Las principales novedades son un incremento de la potencia máxima en 20 CV, un selector giratorio en el volante para cambiar entre los modos de conducción (imagen), una nueva calibración de algunos de estos modos y un nuevo sistema multimedia. También cambia, ligeramente, el aspecto.

 

 

 

 

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Porsche ha conseguido ese incremento de potencia mejorando el sistema de admisión e inyección y actuando sobre los turbocompresores. Además, hay una nueva función denominada Dynamic Boost, mediante la que la sobrepresión generada por los turbos no decae cuando se deja de acelerar durante uno breves instantes. De este modo, cuando el conductor vuelve a pisar el acelerador, el motor reacciona prácticamente sin demora. Hay otra función, llamada overboost, que estaba disponible en el modelo 2013, que incrementa momentáneamente la presión del turbo para aumentar la fuerza a bajo y medio régimen. La potencia máxima no sube, pero sí el par motor. Sobre estos y otros aspectos técnicos hay más información aquí.

 

 

 

Entre el Porsche 911 Turbo y 911 Turbo S hay más diferencias a parte de la potencia. En ambos casos la suspensión de dureza variable (PASM) es de serie, pero el sistema de barras estabilizadoras activas PDCC y los frenos cerámicos PCCB sólo lo son en el 911 Turbo S (en el 911 Turbo los discos son de hierro fundido y más pequeños). Para instalar estos sistemas en el 911 Turbo hay que pagar 3665 y 10 480 euros respectivamente. Los neumáticos y las llantas tienen las mismas dimensiones (delante 245/35 R20 y detrás 305/30 R20), pero las llantas del 911 Turbo S son más ligeras y tienen un único punto de anclaje (para el 911 Turbo es una opción que cuesta 4005 €).

 

 

 

De acuerdo con los datos suministrados por Porsche, el 911 Turbo 2016 acelera de 0 a 100 km/h en 3,0 s y llega a una velocidad máxima de 320 km/h. En el modelo 911 Turbo 2013 estos datos son 3,4 segundos y 315 km/h respectivamente (ficha comparativa). El 911 Turbo S 2016 acelera de 0 a 100 km/h en 2,9 s y alcanza 330 km/h de velocidad máxima. En el modelo anterior era 3,1 segundos y 318 km/h (ficha comparativa).

 

 

 

El 911 Turbo acelera más rápido, alcanza la misma velocidad máxima y consume mucho menos que el Audi R8 V10 de 540 CV (ficha comparativa). Lo mismo sucede cuando se compara el 911 Turbo S con el McLaren 570S Coupé de 570 CV, el cual necesita 3,2 segundos para pasar de 0 a 100 km/h y tiene una velocidad máxima de 328 km/h (ficha comparativa).

 

 

 

 

 

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El consumo medio homologado del 911 Turbo y 911 Turbo S es 9,1 l/100 km. Esto supone una reducción de 0,6 l/100 km con respecto al modelo anterior. Porsche consigue esta reducción mediante una nueva centralita de gestión del motor y una nueva programación del cambio automático (que sigue teniendo la función de circulación por inercia). En la actualidad, no hay ningún vehículo con 520 CV o más que tenga un consumo inferior al de este Porsche (listado comparativo).

 

 

El volante, cuyo diámetro es de 360 mm, tiene un diseño muy parecido al del 918 Spyder y un selector giratorio en su parte inferior derecha para elegir entre cuatro modos de conducción: Normal, Sport, Sport Plus e Individual (imagen). En el centro de este selector hay un botón que conecta la función Sport Response, mediante la que el sistema de propulsión da las máximas prestaciones posibles durante 20 segundos (con independencia del modo seleccionado). El interior del 911 Turbo es igual que el del 911 Carrera y hay más información de él en esta sección de impresiones del interior.

 

 

Entre los elementos disponibles como opción están los asientos delanteros con ventilación, el acceso y arranque manos libres, los retrovisores exteriores plegables eléctricamente, el programador de velocidad activo, el sistema de reconocimiento de señales, la alerta por cambio involuntario de carril y un sistema que eleva el frontal 4,0 cm del suelo para salvar obstáculos y rampas de garajes. También hay en opción un paquete estético para la carrocería llamado «Aerokit turbo» que cuesta 6109 euros y que añade una serie de apéndices aerodinámicos en el faldón delantero, en las taloneras y en el alerón trasero.

 

 

El sistema multimedia es el mismo que estrenó el Porsche 911 Carrera 2016. Se llama Porsche Comunication Management, se maneja a través de una pantalla táctil de 7,0 pulgadas y ofrece conectividad con Apple CarPlay, pero no con Android Auto porque, según Porsche, la mayor parte de sus compradores utiliza dispositivos de la marca Apple.

 

 

 

 

 

FUENTE: http://www.km77.com/01/porsche/911/turbo/2016/informacion-y-fotos-322641-p.html

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20-09-2016

 

 

 

Porsche 911 Turbo S Coupé 2016 - Impresiones de conducción

 

 

 

 

El Porsche 911 Turbo S no tiene la agilidad ni la viveza de reacciones de un Porsche 911 GT3. Tampoco la ligereza ni la capacidad de involucrar al conductor en una conducción deportiva del modo que lo hacen un Cayman GT4 y un Boxster Spyder. Para el 911 Turbo S Porsche ha reservado una cualidad en la que resulta intocable: aceleración. Aceleración en todos los sentidos, porque este Porsche gana velocidad, frena y pasa por las curvas con una rapidez difícil de imaginar.

 

 

 

 

 

El motor de seis cilindros, 3,8 litros de cilindrada y 580 caballos tiene una fuerza descabellada. Su empuje se siente casi desde el ralentí, pero es a partir de unas 2300 rpm (y de ahí hasta el corte, a 7200 rpm) cuando se convierte en auténtica locura, una locura que despierta risas nerviosas, gritos de asombro o mareos según qué persona. Desde el punto de vista del conductor, acelerar a fondo en alguna de las tres primeras marchas con el motor por encima de esas 2300 rpm significa atrapar el movimiento de todo lo que hay en el horizonte y lanzarlo furiosamente hacia atrás atravesando imágenes borrosas y alargadas de lo que hace unos instantes había enfrente.

 

 

 

El Porsche 911 Turbo S Coupé 2016 es el primer coche que ha bajado de los dos segundos en la prueba de aceleración de 80 a 120 km/h que medimos en km77.com. Es un 15% más rápido que los dos vehículos que se encuentran en segunda posición, el BMW M6 (560 CV) y el Mercedes-AMG GT S (510 CV). Tabla comparativa de prestaciones. Ha necesitado 1,7 segundos (1,67 s para mayor precisión), es decir, menos de la mitad de lo que requiere un Ford Focus RS de 350 CV para completar la misma aceleración y el mismo tiempo en el que un modelo tan corriente como un Renault Mégane dCi 110 CV acelera de 80 a 90 km/h.

 

 

 

 

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Esta aceleración se consigue con los modos de conducción Sport y Sport Plus. También es posible conseguirlo con el modo Normal pulsando el botón Sport Response. La aceleración en modo Normal sin Sport Response es ligeramente más lenta: de 80 a 120 km/h en 1,8 segundos. Esto se debe a que los «modos Sport» (Sport, Sport Plus y Sport Response) activan la función overboost, que consigue incrementar la presión de soplado del sistema de sobrealimentación en 0,15 bar mediante una variación en la regulación de la válvula de descarga. En la instrumentación se ve que cuando se acelera a fondo en modo Normal la presión relativa del turbo llega a un máximo de 1,2 bar, mientras que en el resto de modos es 1,3 bar (es una diferencia de 0,1 bar y no de 0,15 como dice Porsche, pero puede que sea por causas de redondeo y falta de resolución del indicador).

 

 

La velocidad de respuesta del motor al acelerador es muy rápida y en los modos más veloces (Sport Plus y Sport Response) queda muy cerca de la de un motor atmosférico, sobre todo cuando el motor gira por encima de unas 3000 rpm. La función Dynamic Boost (la que evita que la sobrepresión de los turbos decaiga cuando se suelta brevemente el acelerador, no confundir con overboost, información técnica) está permanentemente activa, aunque en cualquiera de los «modos Sport» su acción es más pronunciada que en Normal. Con Sport Plus y Sport Response la sobrealimentación del turbo es mayor para un mismo número de revoluciones y grado de presión sobre el acelerador que con Sport, excepto cuando se pisa a fondo.

 

 

Los resultados que he obtenido con el sistema Launch Control también han sido magníficos: de 0 a 50 km/h en 1,14 segundos recorriendo 8,05 metros; de 0 a 100 km/h en 2,83 segundos y 44,17 m; y de 0 a 160 km/h en 6,03 s y 162,19 m. A 120 km/h, la velocidad máxima en España, se llega tras 3,68 segundos y 70,06 metros. Un dato más, los 100 primeros metros de aceleración se recorren en 4,52 segundos, alcanzando una velocidad de 135 km/h.

El sistema Launch Control es adictivo por lo sencillo que es activarlo y por la espectacularidad con la que ejecuta su función, además de por los resultados que da. Para activarlo hay que seleccionar el modo Sport Plus, pisar a fondo el pedal del freno y a continuación pisar a fondo el del acelerador. En ese momento el sistema pone el motor a girar a 5600 rpm, a la espera de que el conductor suelte el freno.

 

 

 

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Cuando se suelta el freno, el motor descarga con violencia su fuerza sobre las cuatro ruedas y éstas la transforman únicamente en movimiento de avance. A poco que el asfalto esté en buenas condiciones, no hay derrapes ni chirridos. Es sorprendente esta excelente capacidad de tracción, incluso con el desgaste que presentaban los neumáticos de la unidad de prueba. También sorprende como el 911 Turbo S acelera a un ritmo endemoniado sin desviarse ni un centímetro de la trayectoria marcada con el volante. Es más, si lo que tenemos delante es una recta y las ruedas están bien colocadas mirando hacia el frente, se puede acelerar de 0 a 100 km/h en menos de tres segundos sin tocar el volante con las manos.

 

 

 

El 911 Turbo S puede recorrer las curvas a velocidades exageradamente altas, transmitiendo una sensación de imperturbabilidad que en ocasiones atemoriza. A pesar de ello, no alcanza el grado de sensibilidad e instantaneidad de respuesta de un 911 GT3. Las reacciones del 911 Turbo S son menos nerviosas y es menos delicado de conducir en el límite. Quizá por ello es menos satisfactorio para aquellos que quieren un coche de reacciones lo más deportivas posibles. En este sentido me recuerda a un Audi R8 V10 plus, especialmente por la ligera tendencia a subivirar que tiene a la entrada de las curvas. Es un subviraje que, en caso de aparecer, no resulta problemático y tiene fácil arreglo alargando la frenada un poco más allá del punto de giro y liberando la presión sobre el freno progresivamente según se va moviendo el volante. Otra forma de corregirlo es a base de acelerador, pero esto hay que hacerlo con tino porque de lo contrario el sobreviraje puede llegar a ser complicado de controlar.

 

 

Este Porsche tiene una dirección que actúa sobre las cuatro ruedas y no sólo sobre las delanteras. A baja velocidad, por debajo de 50 km/h, las traseras giran (un máximo de 2,8 grados) en sentido opuesto a las delanteras, lo que supone una ventaja en cuanto a maniobrabilidad. Por encima de 80 km/h, las delanteras y las traseras giran en el mismo sentido y esto se traduce en una ganancia de agilidad y estabilidad.

 

 

Los dos principales sistemas destinados a repartir la de fuerza del motor entre las ruedas son PTM (Porsche Traction Management) y PTV Plus (Porsche Torque Vectoring Plus). Así es como Porsche llama al sistema de tracción total y al diferencial trasero activo respectivamente. Ambos funcionan con suma rapidez y eficacia, a juzgar por las ridículas o nulas pérdidas de tracción que se experimentan bajo aceleraciones a fondo y por lo poco que, aparentemente, intervienen los controles electrónicos de estabilidad y tracción. En realidad, es el trabajo conjunto de ambos, perfectamente orquestado con el de otros sistemas, el que hace posible que aplastar el acelerador en medio de un apoyo se traduzca únicamente en avance.

 

 

En el 911 Turbo S son de serie los sistemas PASM (Porsche Active Suspensión Management) y PDCC (Porsche Dynamic Chassis Control). El primero es un sistema de suspensión con amortiguadores de dureza variable y el segundo es un sistema de barras estabilizadoras activas. El funcionamiento de ambos cambia según el modo de conducción elegido. Con el modo Normal, la suspensión es menos firme y el sistema de estabilizadoras activas actúa más lentamente que con los modos Sport y Sport Plus. La diferencia no es grande, pero es apreciable y se gana agilidad y precisión en los modos deportivos. En cualquier caso, con cualquiera de ellos los movimientos de la carrocería en las curvas y en los cambio de apoyo están excelentemente controlados.

 

 

En este vídeo, en que el realizamos la maniobra de esquiva ISO 3888-2 con el modo Sport Plus, se ve como a 82 km/h el Porsche 911 Turbo S se mantiene entre los carriles delimitados por los conos si aparente esfuerzo y con apoyos planos de la carrocería, que parece que no se balancea. La sensación que tuve todas las veces que realicé esta prueba es que el coche podía entrar más rápido, que el límite era yo, incapaz de gestionar la velocidad a la que todo sucedía.

 

 

En la posición Normal, la suspensión rara vez reacciona con un golpe seco ante un bache. Suele amortiguar con movimientos cortos y bien suavizados. La sensación es la de llevar un coche de suspensión firme, en el que las ruedas tienen un recorrido vertical muy limitado, pero que no resulta incómodo por la progresividad con que se comprimen y extienden los amortiguadores. Tuve la ocasión de conducir un Audi A1 Sportback S Line al poco de bajarme del Porsche y para mi absoluta sorpresa el confort de suspensión de ambos vehículos me pareció muy próximo.

 

 

Los modos de conducción también afectan al funcionamiento del cambio automático de doble embrague PDK. En Normal sube de una marcha a otra entre 1600 y 1800 rpm cuando la presión sobre el acelerador es ligera. Si se hunde más, los cambios se producen a más revoluciones, pero la transmisión siempre trata de mantener el motor bajo de vueltas. En el momento en que se suelta el acelerador y no se pisa el freno, el cambio PDK inserta el punto muerto (lo hace a partir de unos 30 km/h y desde 3ª), para que el coche avance por su propia inercia sin el freno que supone el motor. En las detenciones, el sistema Start/Stop detiene el motor y lo vuelve a arrancar con rapidez en cuanto se pisa el acelerador.

 

 

 

 

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Entre los modos Sport y Sport Plus las diferencias son menos evidentes que con respecto al Normal, pero las hay. En ambos casos el sistema Start/Stop se desactiva y el sonido del escape se vuelve más audible. En Sport el sonido que procede del motor y del escape me parece más bonito porque es un poco más agudo y profundo que en Sport Plus. Además, cuando se suelta el acelerador, se oyen petardeos en el tubo de escape, algo que no sucede en Sport Plus. Pero en Sport Plus el funcionamiento del cambio automático se vuelve más agresivo. Siempre trata de llevar el motor más revolucionado y reduce más marchas de golpe cuando se pisa con decisión.

El cambio PDK se puede manejar manualmente mediante toques longitudinales en la palanca y mediante las levas que hay tras el volante. Ejecuta las órdenes sin demora y no sube de marcha aunque el motor llegue al límite de revoluciones. En cualquier caso, el modo automático trabaja con tal rapidez, suavidad y acierto que el modo manual parece redundante.

 

 

En un uso cotidiano la conducción del Porsche 911 Turbo S es más sencilla que la de sus alternativas, como el Audi R8 y el Mercedes-AMG GT S. Pero este Porsche no es un coche ordinario y su uso diario presenta algunas incomodidades. Los asientos están muy cerca del suelo y para entrar y salir hay que hacer más esfuerzo que en un turismo corriente. La carrocería es muy ancha (1,88 metros) y las llantas de 20 pulgadas están muy expuestas a ser dañadas con los bordillos, por lo que hay que ser cuidadoso a la hora de seleccionar un espacio en el que estacionar. Su aspecto, aunque pueda resultar relativamente discreto entre sus competidores, no lo es en absoluto entre el tráfico corriente, y se convierte en el foco de atención de conductores y de peatones. Lo mismo sucede con el sonido que produce el motor y el escape: es tirando a poco llamativo entre sus semejantes, pero fuerte y sonoro comparado con los coches normales. El rumor del motor puede llegar a ser molesto en un viaje largo por autopista.

 

 

El sistema de frenos del 911 Turbo S está compuesto por cuatro discos construidos de material cerámico. Los delanteros miden 410 mm de diámetro y los traseros 390 (más información de ellos en información técnica). Para detener el vehículo desde 120 km/h bastan con 45,6 metros (y 2,69 segundos). Son 3,2 metros menos de los que requirió un Audi R8 V10 y 6,3 m menos que un Mercedes-AMG GT S. A día de hoy, solo hay un coche que haya frenado en menos distancia, el Porsche 911 GT3 (en 45,1 m). Los neumáticos de la unidad de prueba eran Pirelli PZero, con una medida delante de 245/35 ZR20 y detrás de 305/30 ZR20.

 

 

 

 

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La resistencia al calentamiento de los frenos es excelente. Es prácticamente imposible llegar a sentir efectos de sobrecalentamiento en una conducción por una carretera abierta al público, por muy rápido que se vaya (no sé cómo rendirán en un circuito). El tacto del pedal de freno es duro y perfecto para aplicar la deceleración requerida en cada momento.

 

 

He hecho varios recorridos conduciendo con cuidado y con el climatizador desconectado para conseguir cifras de consumo bajas. Lo mínimo que he logrado ha sido 8,5 l/100 km (consumo real, es decir, considerando el error del medidor de consumo de la instrumentación). Uno de estos recorridos consistió en ir desde Pozuelo de Alarcón hasta San Martin de la Vega por el camino recomendado por Google Maps en ese momento. Tras recorrer los 39 km que separan a estas dos ciudades madrileñas a una velocidad media de 75 km/h (el tiempo de conducción fue 33 minutos) el consumo medio fue 8,7 l/100 km.

 

 

En la prueba de consumo de km77.com —consiste en recorrer a una velocidad media de 120 km/h un tramo de autopista de 144 km que atraviesa un puerto de montaña— el gasto de combustible fue 9,5 l/100 km. Es un consumo muy bajo para un coche de esta potencia. Por ejemplo, un Audi R8 V10 de 540 CV necesitó 11,0 l/100 km en la misma prueba. No obstante, el consumo del 911 Turbo S es muy sensible al estilo de conducción. Si en algún momento se da algún acelerón, y se conduce con algo de alegría, la cifra de consumo superará con facilidad los 10 litros. En caso de utilizar con constancia la máxima capacidad de aceleración de este coche (o mucha de ella) y practicar una conducción deportiva, no es extraño que el consumo supere los 20 l/100 km.

 

 

 

 

 

FUENTE: http://www.km77.com/01/porsche/911/turbo/2016/conduccion-motor-aceleracion-327015-p.html

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20-09-2016

 

 

 

Porsche 911 Turbo y 911 Turbo S 2016 - Información técnica

 

 

 

Porsche codifica el motor del 911 Turbo como 9A1. Tiene seis cilindros en disposición bóxer, 3800 cm³ de cilindrada, inyección directa y sobrealimentación por dos turbocompresores con álabes de geometría variable. El diámetro y la carrera de los cilindros es 102,0 y 77,5 milímetros respectivamente y la relación de compresión es 9,8:1. El régimen máximo de giro es 7000 rpm en el 911 Turbo y 7200 rpm en el Turbo S. Es un motor distinto del que utilizan los 911 Carrera, que también está sobrealimentado, pero que tiene menos cilindrada y unos cilindros con unas cotas diferentes (información técnica sobre este motor, cuyo código es 9A2).

 

 

 

 

 

En el 911 Turbo la potencia máxima es 540 CV a 6400 rpm y el par motor máximo es 660 Nm entre 2250 y 4000 rpm. En el 911 Turbo S la potencia máxima es 580 CV a 6750 rpm y el par motor es 700 Nm entre 2250 y 4000 rpm. Ambos motores tienen la función overboost, que durante 20 segundos incrementa en 0,15 bar la presión de soplado del sistema de sobrealimentación y, gracias a ello, el par máximo sube 50 Nm (la potencia máxima no cambia). Por lo tanto, el motor del 911 Turbo puede llegar a dar 710 Nm y el del 911 Turbo S 750 Nm.

 

 

Son 20 CV más potentes que los motores del 911 Turbo y 911 Turbo S de 2013. Porsche consigue esa ganancia mediante un nuevo diseño del colector de admisión, unos inyectores diferentes y el incremento de la presión de inyección. Otras modificaciones son el aumento de presión máxima de soplado del turbo en el 911 Turbo (con respecto a su predecesor) y un incremente en el tamaño de los dos compresores en el 911 Turbo S.

 

 

 

 

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Otra novedad es la incorporación de la función Dynamic Boost. Esta función evita que la sobrepresión generada por los turbos decaiga cuando se deja de acelerar durante uno breves instantes. Porsche dice que consigue este efecto interrumpiendo la inyección de gasolina y manteniendo abierta la válvula de mariposa del acelerador. De este modo, cuando el conductor vuelve a pisar el acelerador, el motor reacciona prácticamente sin demora. El efecto de esta función es más notorio en los modos de conducción Sport (Sport, Sport Plus y Sport Response) que en el modo Normal.

 

 

 

El consumo medio homologado de ambas versiones es 9,1 litos cada cien kilómetros, esto es, 0,6 l/100 km menos que antes. Porsche consigue esta reducción mediante una nueva centralita de gestión del motor y una nueva programación del cambio automático de doble embrague PDK, que continua teniendo la función de avance por inercia (esta función sólo está activa con el modo Normal).

En Porsche, el sistema de tracción a las cuatro ruedas se llama PTM, siglas de Porsche Traction Management. En el 911 Turbo consiste en un embrague multidisco controlado electrónicamente y refrigerado por agua que acopla el eje trasero de ruedas con el delantero según las condiciones de adherencia. Porsche no facilita los porcentajes de reparto entre cada eje, pero, por lo que yo he observado mirando un gráfico en la instrumentación que indica con barras el reparto de par en cada momento (imagen), el eje delantero recibe entre un mínimo de 0% a a velocidades muy bajas, como en un garaje, y un máximo de un 50% cuando se acelera con fuerza.

 

 

 

PTV Plus, de Porsche Torque Vectoring Plus, es un diferencial mecánico para el eje trasero de ruedas con un bloqueo controlado electrónicamente. El grado de bloqueo puede variar entre el 0 % (los dos semiejes giran independientemente) y el 100 % (los semiejes giran solidarios). Además de distribuir la fuerza del motor entre las ruedas del eje trasero, también tiene capacidad para frenar (de forma imperceptible para el conductor según Porsche) la rueda interior al giro para facilitar la toma de curvas de baja y media velocidad. La actuación de PTV Plus cambia en función del modo de conducción elegido.

 

 

 

 

 

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La suspensión del 911 Turbo tiene un esquema tipo McPherson delante y un paralelogramo deformable detrás. La dureza de los amortiguadores está controlada electrónicamente mediante el sistema que Porsche denomina PASM (Porsche Active Suspensión Management). Hay dos grados de dureza, que el conductor puede elegir manualmente: Normal y Sport. El control de estabilidad y de tracción (que Porsche denomina Porsche Stabilty Management o PSM de forma abreviada) tiene un nuevo modo llamado PSM Sport Mode, que permite un mayor deslizamiento de las ruedas traseras que en el modo Sport Plus del 911 Turbo 2013 porque interviene más tarde. Este modo se activa con un botón en la consola central y es independiente del programa de conducción seleccionado con el selector del volante.

PDCC (Porsche Dynamic Chassis Control) es un sistema de barras estabilizadoras activas (delante y detrás), que es de serie en el 911 Turbo S y opcional en el 911 Turbo (cuesta 3665 €). Cuanto mayor es el grado de acople entre las dos partes en que está dividida la barra estabilizadora, menor es el movimiento de balanceo del coche, pero se vuelve más incómodo ante los baches, y viceversa.

 

 

El 911 Turbo tiene dirección en las cuatro ruedas. Las delanteras giran según el movimiento del volante, mientras que las traseras lo hacen mediante un motor eléctrico gestionado por una centralita en función de la velocidad del vehículo y del ángulo de giro de las ruedas delanteras. Hasta 50 km/h, las ruedas traseras giran en sentido contrario y en un ángulo máximo de 2,8 grados. Según Porsche, con esta acción se consigue un efecto equivalente al de disminuir la batalla en 24,9 cm, mejorando con ello la maniobrabilidad. Al sobrepasar 80 km/h, las ruedas traseras giran en el mismo sentido que las delanteras hasta un ángulo máximo de 1,8 grados, con lo que se gana estabilidad y facilidad de manejo en curvas rápidas (el efecto es el de alargar la batalla en 49,8 cm). Entre 50 y 80 km/h la dirección de las ruedas traseras puede ser una u otra en función de las condiciones de conducción.

 

 

Los discos de frenos delanteros del 911 Turbo miden 380 x 34 milímetros (diámetro x grosor) y los traseros miden 380 x 30 mm. En el 911 Turbo S las dimensiones son 410 x 36 mm delante y 390 x 32 mm detrás. Los discos son flotantes, autonivelados y perforados. Los del 911 Turbo son de hierro fundido y los del 911 Turbo S tienen una composición híbrida, porque la campana es de una aleación metálica mientras que la superficie de fricción está hecha de carburo de silicio reforzado con fibra de carbono. En ambos casos, la carcasa de las pinzas está hecha en aluminio y cuentan con seis pistones delante y cuatro detrás.

 

 

 

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El sistema de frenos del 911 Turbo S, denominado PCCB (de Porsche Composite Carbon Brake), es una opción en el 911 Turbo que cuesta 10 480 euros. Porsche dice que esta es la tercerea generación de frenos PCCB.

Este Porsche tiene dos elementos aerodinámicos móviles que adoptan una posición u otra para mejorar el agarre o disminuir la resistencia al avance. Son el faldón que hay en la parte inferior del parachoques delantero y el alerón trasero. Hay tres posiciones. La primera de ellas es la posición de reposo o básica, en la que ambos elementos están recogidos para ofrecer la mínima resistencia aerodinámica (imagen e imagen). En la posición básica el coeficiente aerodinámico Cx es 0,31. La segunda posición, llamada Speed (o velocidad en español), se activa cuando el vehículo sobrepasa 120 km/h, aunque también se pude activar seleccionando el modo Sport Plus y pulsando el botón de alerón que hay en la consola. En ese momento se despliegan los laterales del faldón delantero (la zona central permanece en su posición; imagen) y el alerón trasero asciende 25 milímetros (imagen). En esta posición es en la que el coche puede alcanzar su velocidad máxima (320 km/h en el Turbo y 330 km/h en el Turbo S). Si la velocidad baja de 80 km/h, los elementos aerodinámicos regresan a la posición de reposo.

 

 

En la última posición, denominada Performance (o prestaciones), el faldón delantero se despliega completamente (imagen) y el alerón trasero se eleva 75 milímetros con respecto a la posición de reposo y adquiere un ángulo de ataque de 7 grados (imagen). En Performance la carga aerodinámica es de 132 kg a 300 km/h (44 kg sobre el eje delantero de ruedas y 88 sobre el trasero).

 

 

La altura al suelo de la carrocería es 156 milímetros. El ángulo de ataque es 10,3 grados, que puede ser insuficiente para salvar algunas rampas de garaje sin rozar los bajos. Para disminuir las posibilidades de roce, hay disponible en opción un sistema que eleva 4 cm el frontal del vehículo (imagen). Se activa con un botón en la consola y se desactiva automáticamente cuando se superan 35 km/h. El sistema eleva y devuelve el coche a su posición original con rapidez. Es una opción recomendable, aunque su precio es elevado, 2579 €.

 

 

 

 

 

FUENTE: http://www.km77.com/01/porsche/911/turbo/2016/tecnica-suspension-motor-327085-p.html

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