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Publicado

20/11/2023

 

 

 

 

Aunque presumiera de 2,3 litros, las prestaciones eran algo justas

 

 

Audi Cabrio 2.3E
 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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Audi Cabrio 2.3E

 

 

 

El Audi Cabrio apareció en 1991, poco después de que se lanzara el Audi 80 Coupé B4 –en realidad, un restyling que cambiaba frontal, detalles de acabado y algunos detalles de equipamiento–.

 

 

Era un coche muy bien resuelto, con una línea sencilla pero sumamente equilibrada gracias a la ausencia de elementos superfluos, a la presencia justa de cromados y una línea de cintura totalmente paralela al suelo, que lo aligera y lo alarga visualmente.

 

 

Es un diseño que Audi volvió a emplear años después con el Audi A4 Cabrio.

 

 

Todo lo demás recordaba, indudable y lógicamente, al Audi 80.

 

 

De hecho, se tomaba tanto el frontal como la zona trasera del Coupé, así como las puertas y todo el habitáculo, a excepción de las plazas traseras, obviamente.

 

 

La tapicería de cuero y el aire acondicionado no eran parte del equipamiento de fábrica, eran opcionales y además, caros,

¿pensarían en que no hacía falta nada de eso en un descapotable?

 

 

Es cierto que el cuero, bajo el sol, se convierte en una sartén capaz de cocinar nuestras posaderas y que el aire acondicionado, con techo plegado, es una tontería monumental, pero el caso es que los coches de alta gama de antaño, salían de fábrica con un equipamiento muy escueto, aunque tenían sus motivos.

 

 

Por un lado, la elevada calidad general –mucho más alta de lo que puede parecer– obligaba a vender los coches a precios muy altos, así que poner poco equipamiento permitía vender los coches a un coste algo más reducido y ser medianamente competitivos.

 

 

Por otro lado, se buscaba ofrecer la posibilidad de personalizar al máximo cada coche, de forma que se convertían en máquinas muy exclusivas y casi únicas.

 

 

 

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Audi Cabriolet 1991

 

 

 

El Audi Cabrio 2.3E no es, ni mucho menos, el coche que un quemado escogería para su garaje.

 

 

No es un coche potente y su puesta a punto no está pensada para ir rápido, este coche se disfrutaba, y todavía se disfruta, de otra forma.

 

 

El motor, con sus cinco cilindros en línea, 2.309 centímetros cúbicos y la larga carrera de sus pistones –86,4 milímetros–, solo eran capaces de rendir 136 CV a 5.500 revoluciones y 185 Nm de par a 3.500 revoluciones.

 

 

No es un coche rápido, es evidente, pero si las cifras de potencia y par no han dejado claras las cosas, saber que el 0 a 100 km/h lo hace en 10 segundos y que su velocidad máxima es de poco más de 198 km/h.

 

 

La magia de este coche está en otros apartados, como la suavidad de marcha, en el sonido del motor, en la calidad de que ofrecen sus mandos, en la suavidad del selector del cambio…

 

 

Se trata de un automóvil para conducir “codo a puerta”, disfrutando del paisaje a una velocidad media, escuchando el sonido del motor o la música que más nos guste con el aire y el cielo como testigos del momento.

 

 

No todo es correr, no todo es exprimir el motor al máximo,

 

 

A veces, tomarse las cosas con calma nos descubre que la pasión sigue patente y no hace falta contar con centenas de caballos para encontrarla.

 

 

 

FUENTE:   https://espirituracer.com/cochedeldia/coche-del-dia-audi-cabrio-2-3e/


Publicado

Cuando he visto en las primeras frases Audi 80 coupé, he dejado de leer...

  • 1 mes más tarde...
Publicado

22/01/2024

 

 

 

 

Viento suave, comprar un Audi Cabrio 2.3 y saber disfrutarlo

 

En 1991 Audi lanzó su Cabrio con un motor de cinco cilindros perfecto para un andar suave sin pretensiones deportivas;

un cielo abierto realmente apetecible si se sabe y desea lo que se está comprando.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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Audi Cabrio 2.3

 

 

 

 

 

A comienzos de los años 50, Fiat se encontraba plenamente inmersa en su expansión internacional a base de coches globales con producción masiva.

 

 

Bajo este contexto las ediciones especiales -ya fuera por estilo, refinamiento en el habitáculo

o comportamiento deportivo- se dejaban en mano de la amplia red de talleres, preparadores y carroceros existente en el norte de Italia.

 

 

Sin embargo, a pesar de esto la casa de los Agnelli se dio un pequeño capricho contando en su gama con el 1400 Cabrio.

 

 

Basado en la popular berlina con bastidor autoportante, éste apenas llegó a 2.300 unidades

en su fabricación desde 1950 hasta 1954; muchas incluso si tenemos en cuenta cómo hablamos de un vehículo especialmente concreto en una época dominada, además, por las dificultadas económicas.

 

 

Para empezar no poseía ningún carácter deportivo. Absolutamente ninguno.

 

 

Es más, su mecánica de 1,4 litros no presentaba ni un sólo ajuste diferenciador respecto a la berlina.

 

 

Así las cosas, los 1.191 kilos dados en vacío habían de ser propulsados por sus tan sólo 44 CV.

 

 

Suficientes para una sobria pero efectiva marcha en ruta aunque, a fin de cuentas, incapacitantes a la hora de mostrar el más mínimo alarde prestacional.

 

 

 

 

 

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FIAT 1400 Cabrio perteneciente a la colección SEAT en Rodaje.

 

 

 

 

FUENTE:    https://www.escuderia.com/viento-suave-comprar-audi-cabriolet-2-3-saber-disfrutarlo/
 

Publicado

 

 

 

 

TIEMPOS DIFÍCILES

Además, aunque durante los años cincuenta se popularizaron las versiones descapotables derivadas de berlinas generalistas, lo cierto es que éstas solían contar

con dos plazas reales y, a lo más, dos muy pequeñas, casi de cortesía, en la trasera.

 

 

Algo obvio pues, realmente, viajar sin capota en las plazas traseras de un cielo abierto con batalla larga puede ser realmente incómodo

por la exposición de éstas al aire, el ruido y el frío.

 

 

Por cuestiones de aislamiento mucho más intensa que la experiencia vivida en la zona delantera del habitáculo.

 

 

Dicho esto, resulta muy sencillo comprender cómo los descapotables 2+2 basados en modelos familiares han tenido

una presencia no sólo modesta, sino incluso muy minoritaria en la historia de los automóviles carentes de techo rígido.

 

 

No obstante, esto no es óbice para señalar la existencia de los llamados “cabriolet de paseo” o “descapotables de boulevard”; unos modelos -

casi siempre en tirada corta a cargo de algún carrocero independiente– pensados para rodar a ritmo lento

y sosegado viendo y dejándose ver a través de trayectos cortos por ciudades o sendas de litoral.

 

 

Es decir, un producto basado en un nicho de mercado extremadamente concreto.

 

 

 

AUDI CABRIOLET 2.3, ADECUADO SI UNO SABE LO QUE ESTÁ COMPRANDO

Más allá de hechos a reivindicar como el “daily classic” de los británicos, cuando alguien piensa en adquirir un vehículo histórico o de colección lo hace con el disfrute, el ocio y las sensaciones en mente.

 

 

Partiendo de esta base, los descapotables resultan bastante apetecibles ya que la sola imagen de conducir a cielo abierto nos lleva a un recuerdo idealizado del verano, las vacaciones y el tiempo libre.

 

 

Asimismo esto viene respaldado por sus cotizaciones, mucho más altas en las versiones descapotables que en sus homólogas con techo rígido.

 

 

Sin embargo, adquirir uno de estos modelos debería ser algo muy bien pensado entre quienes vayan a utilizarlo pues, no en vano, desde el manejo de la capota -

muchas veces engorroso- hasta el exceso de sol o ruido marchar con el firmamento por montera puede convertir la ilusión de lo recreativo en una verdadera pesadilla.

 

 

Es más, movidos por nuestra prudencia rayana en la cobardía sólo recomendaríamos como modelo convertible uno cuasi actual dotado con techo duro retráctil;

campo de elección donde ceñiríamos nuestra búsqueda a tan sólo algunos modelos de Peugeot, Volkswagen o Mercedes.

 

 

 

 

 

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FUENTE:    https://www.escuderia.com/viento-suave-comprar-audi-cabriolet-2-3-saber-disfrutarlo/

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De todos modos, la afición a los automóviles de colección ha de tener no poco de audaz e irracional por lo que, lanzándonos a la piscina, les señalamos al Audi Cabriolet 2.3 de 1991

como la opción más realista si desean algo tan concreto como un descapotable con cuatro plazas reales.

 

 

Básicamente, un digno heredero del camino marcado por el Fiat 1400 Cabrio pues, como entenderán tras años leyéndonos, nuestras típicas comparaciones a inicio de artículo no vienen a cuento de nada.

 

 

Bueno, un poco sí; ya conocen nuestra pasión por la marca italiana.

 

 

Eso sí, sea como fuera todo esto viene a contextualizar y subrayar la definición de este Audi

en base a un modelo pensado por y para un disfrute tranquilo, fiable y sin complicaciones de corte deportivo.

 

 

 

CINCO CILINDROS, LA OPCIÓN MÁS REALISTA

Cuando Audi presentó su Cabrio durante el Salón de Ginebra de 1991 lo hizo dotándolo con una única motorización con cinco cilindros en línea, 2.3 litros, árbol de levas en culata,

diez válvulas, inyección electrónica Bosch y 133 CV a 5.500 revoluciones por minuto.

 

 

En suma, una mecánica de talante calmado capaz de entregar una respuesta suave y progresiva desde bajas vueltas.

 

 

A fin de cuentas la opción perfecta para disfrutar de una conducción cómoda sin más preocupaciones que las mencionadas varios párrafos atrás:

“ver y dejarse ver”.

 

 

Además, más allá de algunos posibles problemas en frío con la inyección este diseño de Audi no presenta más problemas de mantenimiento que el propio y lógico desgaste de piezas.

 

 

 

 

 

 

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FUENTE:    https://www.escuderia.com/viento-suave-comprar-audi-cabriolet-2-3-saber-disfrutarlo/

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Asimismo la carrocería no cuenta con papeletas para presentar óxidos ya que ésta venía galvanizada.

 

 

Un punto del cual despreocuparse para centrar nuestra atención en el funcionamiento de la capota hidráulica tan cómoda como compleja en su concepción.

 

 

Todo ello rematado con un habitáculo muy bien rematado como empezaba a ser habitual en aquellos Audi destinados a equiparse, al fin, con BMW y Mercedes.

 

 

Dicho todo esto seguramente usted piense en por qué no contemplar otras motorizaciones.

 

 

Bueno, la respuesta es simple. Si bien es cierto que en 1992 apareció la variante V6 con 2.8 litros y 174 CV, ésta se pasa de prestaciones -y también consumo- para lo que un descapotable como éste exige en su manejo de disfrute calmado.

 

 

Y por cierto, quien deseara una respuesta más ágil de aquel V6 tendría que echar no pocas horas y recursos en el taller; entendámonos, no es el motor de un Abarth.

 

 

 

 

MÁS MOTORES PARA EL AUDI CABRIOLET

Asimismo, aunque en 1996 la gama de motores del Audi Cabrio se amplió por su base gracias a un cuatro cilindros con 2 litros y 116 CV tomado del A4 nada en ella superaba a la redondez del cinco cilindros inicial.

 

 

De hecho éste desparecía para verse remplazado por dos V6 perforados a cilindradas distintas junto a la aparición de un TDI con 90 CV.

 

 

En suma, mientras las de cuatro cilindros no llegan las de seis se pasan al tiempo que tampoco lo suficiente como para dar brío deportivo.

 

 

Respecto a la opción TDI bueno, sólo diremos que puestos a comprar un descapotable 2+2 con motor diésel nos decantaríamos sin duda por el VW Eos 2.0 TDI de 2007 con 140 CV y, dicho sea de paso, una inmejorable conjunción entre carácter diario y capacidad lúdica.

 

 

Uf, vaya problema. Así como cuando les hicimos la guía de compra de un Mini 850 acabamos recomendando la adquisición de un Renault Twingo ahora creemos que, aun siendo unos devotos del Audi Cabrio 2.3, el cuerpo nos pide ver cotizaciones del Volkswagen EOS.

 

 

Hay una versión V6, el TDI es creíble incluso como primer -y único- coche, el TFSI se pone en 200 CV… En fin, trataremos el tema dentro de unos años.

 

 

Mientras tanto, piensen en el cinco cilindros de Audi y no se olviden del Fiat 1400.

 

 

 

 

 

FUENTE:    https://www.escuderia.com/viento-suave-comprar-audi-cabriolet-2-3-saber-disfrutarlo/

Publicado

Muy bueno.

 

Siempre me gustó este coche.

 

Los últimos años se podía comprar con techo duro, que puesto creo le queda genial.

 

Y como es un coche pesado, prefiero el V6, aunque ya con 30 años los primeros, compraría por estado, una unidad mimada.

 

 

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