Por mi parte, rechazo total a esa ley.
Soy informático y sé lo que es el intrusismo laboral, que la competencia aumente a base de masificación y con personal en muchos casos de dudosa preparación (pero que cobran poco) y no se lo deseo a nadie.
Algunos os quejáis de taxistas timadores. Yo he sido usuario de taxi bastantes veces y es un error generalizar, pero expongo algunas situaciones personales y no personales sobre este gremio:
- A mí también me timaron una vez, en Valencia. Cuando creáis que os están timando, pedid la hora de reclamaciones y anotad el número de licencia. Si el taxista es reticente, llamad a la policía.
- Siempre que me pierdo (no soy amigo del GPS), pregunto a un taxista, nunca me han fallado.
- Un taxista es un autónomo que puede generar empleo (contratar a otros conductores si tiene licencia propia) y, por tanto, riqueza.
- Un taxista puede estar 12 horas trabajando su taxi para llevar el pan a sus hijos.
- Un taxista aguanta a muchísima gente borracha los fines de semana.
- A todos lo taxistas alguna vez les han robado su recaudación después de horas de trabajo. No hay excepción y todos están expuestos a la mala gente y sus quehaceres.
- Un taxista, te lleva a donde tú quieras, con la música que quieras, con el climatizador puesto, sin aguantar humos, malos olores y si no quieres, ni te habla, o si lo prefieres, te da conversación.
- Las tarifas las imponen los ayuntamientos, no los taxistas.
En fin, que el artículo 21 de la ley omnibús por lo que respecta al taxi, se carga una profesión que a día de hoy, da de comer a muchas familias y encima genera empleo.
Por mi parte, un NO como una catedral a la ley omnibús y un poco de tolerancia por parte de los usuarios, sin quitar la razón a nadie en que hay taxistas que no merecen ni trabajar, ni en que los precios de las licencias son excesivos (yo también lo creo).
Un saludo!