Las enormes fuerzas que se originan en caso de accidente deben ser absorbidas.
Es fácil explicar de qué modo actúan las leyes físicas en el caso de un accidente frontal:
En cuanto el vehículo está en movimiento se origina tanto en el vehículo como en los ocupantes del mismo una energía debida al movimiento, que se llama “energía cinética” fig. 294►. La magnitud de la “energía cinética” depende de la velocidad y del peso del vehículo y de los ocupantes. Cuanto mayor sea la velocidad del vehículo y el peso del vehículo y de los ocupantes tanto mayor será la energía que deberá ser absorbida en caso de accidente.
Sin embargo, el factor más importante es la velocidad del vehículo. Por ejemplo, mientras la velocidad se duplica pasando de 25 km/h a 50 km/h, la energía cinética correspondiente se cuadruplica. Dado que los ocupantes del vehículo de nuestro ejemplo no llevan abrochado el cinturón de seguridad, en el caso de choque con un muro es absorbida toda la energía cinética por este último fig. 295►. La consecuencia de un accidente bajo estas circunstancias serían heridas graves o incluso peligro de muerte.
Aun circulando a una velocidad comprendida entre 30 km/h y 50 km/h, las fuerzas que actúan sobre el cuerpo en caso de accidente pueden superar con facilidad los 10 000 Newton. Expresado en peso, este es el valor correspondiente a una tonelada (1 000 kg). Las fuerzas que actúan sobre su cuerpo aumentan cuanto mayor sea la velocidad a la que circule. Esto significa: al duplicar la velocidad se cuadruplican las fuerzas que actúan sobre su cuerpo.
Los ocupantes del vehículo que no se han abrochado los cinturones de seguridad no están “unidos” al vehículo. En caso de accidente frontal, estas personas se desplazarán con la misma velocidad a la que circulaba el vehículo antes del choque.